Desde aquel primer Vigo-Ourense han pasado 137 años, millones de viajeros y cuatro estaciones distintas que recorremos hoy sin billete ni apeadero. Mientras la vieja estación de tren, la primera y centenaria, languidece destripada en Redondela -se desmontó piedra a piedra-, Vigo aguarda ahora la culminación de ese diseño vanguardista firmado por Thom Mayne, motor y corazón de la comunicaciones terrestres de la ciudad.
Viaje en tren a la estación de Vigo
La emoción del primer convoy. La antigua estación de ferrocarril fue diseñada por el ingeniero de caminos Javier Boquerín en 1860. El edificio se terminó 18 años después, aunque no entraría en funcionamiento hasta 1881. Ese fue el año de la llegada del tren a nuestra ciudad. Entraba en servicio la línea férrea Vigo - Ourense. El día de su inauguración -30 de marzo- Faro de Vigo publicaba “Vigo y Orense serán como dos cuerpos fundidos en un alma, pues en breves horas, lo mismo pueden los de allá venir a estas playas que los de aquí subir a sus riberas”. Y así fue.
Viaje en tren a la estación de Vigo
La primera reforma. La estación de Vigo, como base terminal, tenía una planta en forma de U. El edificio presentaba una parte central acompañada en menor altura por dos alas. En 1923 se acometería la primera ampliación, igualando la altura de los aleros con ese eje central.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Los secretos de la fachada. Como muestra de hermanamiento entre ambas ciudades, las iniciales de Vigo y Ourense se grabaron en la parte más alta del edificio. Pero aún habría que esperar cinco años más para alcanzar la conexión a la red nacional y así poder viajar a Madrid sin tener que utilizar como alternativa las rutas férreas portuguesas.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Emblema industrial. Entre los aleros se encontraban los andenes de viajeros y las tres vías férreas que servían de puerta al desarrollo comercial e industrial de la entonces pequeña ciudad amurallada. La estación se convertiría con el paso de los años en un monumento industrial por lo que representó para el desarrollo de nuestra ciudad.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Y llegó el estropicio. Años más tarde se acoplaría al edificio la antiestética marquesina de aluminio, sujeta a la fachada del edificio. Símbolo del desarrollo industrial vigués durante décadas, esta estación llegó a ser durante años la única de su categoría que se conservaba en Galicia.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Durante más de 100 años en funcionamiento fueron incontables los vigueses que pasaron por la estación. No era sólo lugar de pasajeros sino también lugar de aquellos vigueses que paseaban por el entorno y se acercaban para ver partir o llegar los trenes.
Viaje en tren a la estación de Vigo
La nueva estación de Urzáiz. Un joven Abel Caballero, entonces ministro de Transporte y Comunicaciones, acompañado del que era alcalde de Vigo, Manuel Soto y del presidente de Renfe Julián García Valverde, cortaron la cinta de la moderna estación ferroviaria. La obra contó con un presupuesto de 1.400 millones de pesetas. Era el 28 de septiembre de 1987.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Un centro dinámico. El nuevo edificio contaba con 4.900 metros cuadrados. Una enorme entrada con tres ventanas de venta de billetes presidían el enorme hall. Y en los laterales se hallaban una cafetería, un kiosco, aseos… En la planta superior compartían espacio exposiciones temporales y oficinas.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Más vías, más andenes, más metros. La nueva estación superaba a la anterior en metros cuadrados, así como en vías. Se pasaba de dos andenes y tres vías a cuatro largos andenes con un total de 8 vías para el servicio de transporte.
Viaje en tren a la estación de Vigo
De la piedra y los materiales nobles se pasó a una nueva construcción revestida de chapas de granito de 3 centímetros de espesor, pulido exteriormente en tonalidades grises que contrastaban con la carpintería roja metálica.
Viaje en tren a la estación de Vigo
El último aliento de una joya histórica. Mientras la nueva estación se llenaba de vida, la vieja languidecía, veía pasar el tiempo cerrada al público. En 1990, el Concello diseñó una reforma de la plaza que contemplaba su demolición. Sin embargo, la presión social consiguió que fuese declarado en 1992 por Patrimonio de la Xunta como “bien cultural a conservar”.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Desmontada como un mecano. En 1998 el Concello propuso convertirlo en la sede del nuevo conservatorio, pero los problemas de financiación obligaron a descartar la idea. Pasaron de nuevo los años hasta que llegado el nuevo siglo el gobierno municipal decidió desmontarla, numerando las piedras para una futura reconstrucción.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Esta nunca llegó. Tras ser desmontada, sus piedras fueron trasladadas a la antigua estación de Redondela, donde permanecen apiladas desde el año 2000. La primera estación de la ciudad cayó en el olvido. El Palacio de ferrocarril, con más de cien años de antigüedad y en perfecto estado de conservación, símbolo de nuestro pasado, fue abandonado a su suerte.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Y el progreso se tragó también a la nueva estación. El 27 de agosto de 2011 la terminal de Urzáiz cerró sus puertas. Tras 24 años de servicio dijo adiós a los vigueses entre la nostalgia y la expectación de los usuarios. Se mezclaron en el andén sentimientos encontrados. Guixar tomó de madrugada su relevo.
Viaje en tren a la estación de Vigo
El ministro de Fomento, José Blanco, inauguró ese mismo día la terminal provisional de Guixar. La nueva estación recibiría todo el tráfico ferroviario durante la obras de construcción de la nueva estación del AVE en Urzáiz.
Viaje en tren a la estación de Vigo
A las 10.30 del 25 de septiembre se iniciaba el derribo de la estación de Urzáiz. Una enorme grúa retiraba la gran estructura metálica que coronaba el edificio ante la atenta mirada de autoridades y curiosos.
Viaje en tren a la estación de Vigo
La demolición de la estación se prolongó durante once meses. Durante este tiempo fueron pasto de la piqueta el edificio de la estación, las naves del ala derecha y los talleres de mantenimiento de los ferrocarriles. Un total de 89.654 metros quedaron libres para levantar la futura estación del AVE.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Un hito del transporte ferroviario. En poco más de dos años se llegaron a retirar casi dos millones de toneladas de tierra. La obra para levantar la futura estación del AVE, con picos de más de 300 trabajadores, era una realidad. Se estaba construyendo la mayor estación ferroviaria de Galicia.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Unas máquinas portentosas. Uno de los momentos más esperados fue la llegada de las tuneladoras. La primera en hacer acto de presencia fue “Miñoca”, en noviembre de 2011. Tras dos años y medio se culminaba el primero de los tramos subterráneos. A 15 metros por debajo de la cota actual se completaban los 8,2 km que separaban el valle de As Maceiras y Vigo.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Dos meses después asomaba la cabeza la tuneladora “Lebre”. Decenas de trabajadores, responsablesy curiosos no quisieron perderse aquel momento histórico. La mayor explosión de alegría se produjo después de apagar los motores de la tuneladora. Por un estrecho hueco salieron varios operarios que estaban en el interior. Veían la luz en Vigo tras haber iniciado su jornada laboral entrando en el túnel en Redondela.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Tras años de obras Vigo esperaba ansiosa su gran día: una estación del siglo XXI. Los trenes llegarían a 15 metros de profundidad, donde serían recibidos por un entramado de 200 vigas entrelazadas, vestidas de color blanco y en forma de V.
Viaje en tren a la estación de Vigo
La emoción de la primera vez. El 6 de marzo de 2015 entra en la estación de AVE el primer tren. La terminal recibía un Avant S-121, como parte de las pruebas que realizaban ADIF y Renfe. Comprobaron la catenaria y los parámetros de seguridad de la línea. En imagen, el tren sale de los túneles de As Maceiras que dan acceso a la estación.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Inauguración con sorpresa. Días antes de la inauguración oficial, se anuncia desde el Ministerio que la estación de AVE sólo acogerá los trenes del Eje Atlántico. El resto (todos los demás que llegan por Ourense) lo harán por la estación de Guixar. Todos los servicios que conectan Vigo con la Meseta continuarán utilizando la vía del Miño hasta que no esté operativa la vía por Cerdedo.
Viaje en tren a la estación de Vigo
El viaje más corto. A finales del mes de marzo tiene lugar el viaje inaugural. El primer tren en pruebas que completa el Eje Atlántico salió a las 17.30 de A Coruña para llegar a Vigo a las 18.50. El moderno tren Avant S-121 tardó 80 minutos en recorrer los 150 kilómetros que separaban ambas ciudades.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Lleno hasta la bandera. Cientos de pasajeros fueron los protagonistas de un día inolvidable. A las 6.45 h partía de los andenes de Urzáiz –abiertos por primera vez al público– un convoy S-121 que estrenaba el modernizado Eje Atlántico. Multitud de viajeros que llenaron los trenes.
Viaje en tren a la estación de Vigo
Vialia, una asignatura pendiente. Estrenada la estación del AVE queda aún pendiente el futuro Centro Vialia proyectado por el afamado arquitecto Thom Mayne. La empresa Immochan será la encargada de levantar y explotar el futuro complejo. Con una inversión de 150 millones estará terminada, según las previsiones, en 2020.
Viaje en tren a la estación de Vigo
El corazón de la comunicación terrestre. La zona comercial será de 43.000 m2 y habrá 1.600 plazas de parking. Una gran plaza pública de 23.000 metros cuadrados se extenderá en la cubierta. Para facilitar su acceso se ha anunciado un ascensor que enlazará Serafín Avendaño con Vía Norte. Además, el nuevo complejo actuará como nudo intermodal de transportes al incorporar una terminal de autobuses.
La emoción del primer convoy. La antigua estación de ferrocarril fue diseñada por el ingeniero de caminos Javier Boquerín en 1860. El edificio se terminó 18 años después, aunque no entraría en funcionamiento hasta 1881. Ese fue el año de la llegada del tren a nuestra ciudad. Entraba en servicio la línea férrea Vigo - Ourense. El día de su inauguración -30 de marzo- Faro de Vigo publicaba “Vigo y Orense serán como dos cuerpos fundidos en un alma, pues en breves horas, lo mismo pueden los de allá venir a estas playas que los de aquí subir a sus riberas”. Y así fue.