Un desfile que desataba el júbilo de los vigueses. La batalla de las flores generaba una gran expectación, con decenas de miles de personas agolpadas en las calles para presenciar la factura de las floridas carrozas. Rellenas de flores, las figuras recreadas sobre aquellas estructuras móviles, algunas animadas gracias a ingenios mecánicos, derrochaban una enorme simpatía incitando así el lanzamiento de flores también por parte de público. Un colorido espectáculo por el corazón urbano de Vigo que mereció incluso un capítulo del popular NODO, emitido por la Televisión Española el 13 de agosto de 1962.
La carroza presentada por el gremio de detallistas en 1930 al final del trayecto en Porta do Sol
Pacheco
Los balcones de la calle del Príncipe se engalanan para acoger la primera Batalla de Flores de la ciudad. Se inicia aquel verano una tradición que luchará por perdurar en el tiempo.
Paso de una de las carrozas por el cruce de Colón, con el edificio Rubira al fondo en 1964
Pacheco
Las calles desbordadas de gente y los espectáculos lleno de color, no fueron motivos suficientes para la celebración de estos festejos. La falta de continuidad fue una constante en sus primeros años de vida, hasta la década de los años 60 donde vive su esplendor.
La calle Policarpo Sanz es un hervidero de gente
Magar
En el verano de 1961 las altas temperaturas no son excusa para que cerca de 70.000 vigueses presencien la renacida Batalla de Flores. Ese año, el primer premio recae sobre el Círculo Mercantil con su carroza El Lago de los Cisnes.
La Batalla de las Flores
Llanos
“En una de las calles mas hermosas de nuestra ciudad se ha celebrado una batalla de flores. El éxito fue grande. Y está claro que la finura viguesa reclama de estos espectáculos, verdadera delicia para los ojos” fueron las palabras de la crónica de FARO DE VIGO.
La carroza Sueño de un tiovivo del Círculo Mercantil que obtuvo el primer premio en 1967
Magar
Año tras año el festejo va cogiendo protagonismo. Las calles se llenan para disfrutar de una jornada de diversión, color y alegría.
Paso de la carroza “Porcelana” de la Sociedad Cultural Riomao a su paso por delante del edificio El Moderno cuando albergaba el Gran Hotel en 1967
Magar
El éxito es tan fuerte que se empieza a retransmitir por la radio. Los hogares vigueses escuchan a través de las ondas los compases de las bandas de música, las entrevistas a las reinas de las carrozas, las opiniones de los asistentes, sin perder detalle del paso del desfile.
Segundo premio otorgado a la carroza Ondiñas presentada por el Liceo en 1967
Magar
Los diseños del Círculo Mercantil y el Liceo Marítimo de Bouzas son los más atractivos en las primeras ediciones, ganando el favor del jurado. Suyos serán los primeros premios en la mayoría de las ocasiones.
El Liceo Marítimo obtiene el primer premio, en este caso con “Diana cazadora” en 1972
Magar
Veinticinco mil pesetas es el botín para el ganador en las primeras ediciones llegando a subir hasta las cuarenta y cinco mil a principios de los años 70.
Paso de la carroza Regata del Liceo Marítimo por delante de la Caja de Ahorros en 1970
Magar
Una lluvia de serpentinas y confeti recibe a las majestuosas carrozas que luchan por hacerse con el primer premio.
Una gran multitud se agolpa en el cruce de Colón para presenciar el desfile en 1967
Magar
Los vigueses se vuelcan con la Batalla Floral que riega de flores la ciudad. La alegría del público y la belleza de las carrozas dan lugar a espléndidas jornadas de fiesta. El color y la diversión inundan las calles.
Tribunas instaladas en las aceras para acoger a los miles de vigueses que se acercan a presenciar el espectáculo en 1972
Magar
La batalla se va haciendo mayor, crecen el número de carrozas participantes y el público asistente.
La carroza Sinfonía de amor de Lembranzas galegas en 1970
Magar
Las carrozas desfilan entre los entusiastas aplausos de admiración del público, al tiempo que flores, confeti y serpentinas dan color al asfalto.
La calle Felipe Sánchez, más ancha, permite el desfile en doble sentido y la colocación de tribunas a ambos lados de las aceras en 1975
Magar
El éxito creciente del desfile obliga a buscar un nuevo emplazamiento que permita mejorar las condiciones tanto para el público, cada vez más abundante y para el paso de las carrozas.
La carroza Scalextric del Liceo Marítimo que obtuvo el primer premio en 1974
Magar
Ese año la batalla fue un éxito, tanto por el elevado número de personas que acudieron a presenciar el espectáculo, como por el fallo del jurado que coincidió con el criterio del numeroso público asistente.
Horas antes del inicio del espectáculo la calle es un hervidero de gente en 1974
Magar
El público invade los palcos, las sillas colocadas en los márgenes de la calle y los balcones de los edificios.
Niños junto a la carroza Gigantes y Doncellas de Montañeros Celtas que obtuvo el sexto premio en 1974
Magar
Los más pequeños se muestran emocionados al paso de las carrozas.
La carroza Romería de la Sociedad Cultural Deportiva del Calvario, que obtuvo el primer premio aquel año, 1975
Magar
Los elevados costes que soportan las sociedades y la falta de apoyo económico municipal provocan la desaparición, en el año 1975, de la tan querida Batalla de las Flores.
Año 2005, se recupera la Batalla de las Flores para iniciar los actos de la Salida de la Volvo Ocean Race
Ricardo Grobas
Treinta años después los vigueses vuelven a disfrutar de una de las fiestas más emblemáticas de su pasado reciente. Diez carrozas decoradas con motivos marineros son recibidas por 80.000 personas a su paso por García Barbón y Policarpo Sanz.
El Sireno de Leiro, espectador privilegiado del desfile de 2006
Ricardo Grobas
En las páginas de FARO DE VIGO de eses años se recogía el testimonio de un vecino donde decía que el desfile le pareció “maravilloso” y le ayudó “a revivir los de antaño” recordando esas batallas iniciales “antes pasaban incluso por Príncipe”.
La Batalla de las Flores en 2006
Ricardo Grobas
Una tormenta de confeti y serpentinas nubló el cielo al paso de las carrozas y cubrió el asfalto con una alfombra multicolor que hizo las delicias de los más pequeños.
El último recuerdo de este añorado espectáculo se remonta al año 2008 donde las frutas y las verduras fueron las protagonistas
Trece carrozas desfilaron por la calle Venezuela y Camelias hacia la Plaza América en la última Batalla de Flores celebrada en la ciudad.
Los balcones de la calle del Príncipe se engalanan para acoger la primera Batalla de Flores de la ciudad. Se inicia aquel verano una tradición que luchará por perdurar en el tiempo.