La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.
Imágenes de la familia Diéguez que matuvieron el negocio hasta María del Carmen Ansede y Manuel Diéguez (abajo a la izquierda)
Bernabé / Javier Lalín
La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.
Antepasados de los gerentes de Casa do Manco
La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.
Una de las generaciones de los Diéguez que regentaron el local.
La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.
María del Carmen Ansede y Manuel Diéguez, en la Casa do Manco.
BERNABÉ/J. LALÍN
La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.
El fundador del establecimiento junto a su esposa
La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.
La Casa do Manco, fundada en 1877, baja la persiana en Ventosa (Agolada) por falta de relevo generacional | Debe el nombre a su fundador, Manuel Diéguez, a quien la mordedura de un cerdo le dejó sin una mano.