Tres mil aficionados se desplegaron a lo largo del recorrido cumpliendo las normativas de seguridad y de Covid, disfrutando una tarde coches y, sobre todo, de buen tiempo. A pesar de ser un tramo corto, mil seiscientos cuarenta metros, los pilotos no arriesgaron demasiado, ya que era un tramo en donde e mezclaba el asfalto y la tierra, con zonas estrechas en las que cualquier error podía pasar factura.
El espectáculo del Rallye Rías Baixas se apodera de O Castro
Tres mil aficionados se desplegaron a lo largo del recorrido cumpliendo las normativas de seguridad y de Covid, disfrutando una tarde coches y, sobre todo, de buen tiempo. A pesar de ser un tramo corto, mil seiscientos cuarenta metros, los pilotos no arriesgaron demasiado, ya que era un tramo en donde e mezclaba el asfalto y la tierra, con zonas estrechas en las que cualquier error podía pasar factura.
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