Ver más galerías relacionadas
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Santos Álvarez
Cayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasCayó a tierra de manera lenta y el golpe se dejó sentir. La tierra se movió cual sacudida por un terremoto, pero el árbol no se desvió ni un milímetro de la ruta propuesta por los profesionales encargados de talar este eucalipto de Coiro, de 80 años, 45 metros de alto y con 1,8 metros de diámetro y 20 toneladas de peso. Un gigante de la naturaleza cuyo destino no será ninguna fábrica de celulosas ni de madera. La madera se destinará a leña.