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C.T./E.G.
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
EVA GONZÁLEZ
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
EVA GONZALEZ
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
EVA GONZÁLEZ
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
FdV
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
FdV
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
CSIC
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
CSIC
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
EVA GONZALEZ
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
ALOIA TUI
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
Gabino Porto
La Guerra de Restauración Portugesa (1640-1668), por la que nuestro vecino se independizó de la Monarquía Hispánica, marcó profundamente el paisaje de la "raia húmida", sembrada de fortificaciones. Este paisaje bélico excepcional, uno de los más intensos e interesantes de la historia europea, ha llegado -en parte- hasta nuestros días y se puede visitar. Constituye lo que podríamos denominar la ruta de la guerra con Portugal, que nos lleva por Salvaterra, Tui, Tomiño y A Guarda.
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