Faro de Vigo

Pandereteiras al otro lado del Atlántico

Siguiendo la estela de Tanxugueiras o de Xabier Díaz, la percusión y el canto tradicional gallegos viven un nuevo auge en Uruguay y Argentina

Ana Rodríguez

“No nos ven como algo exótico ni curioso, Argentina tiene mucha raíz española, y sobre todo gallega, así que las pandereteiras y cantareiras son algo que conecta con nuestra historia, es como si escucharas una tarantela”, explica María Luján Martínez Turnes, directora y profesora de As Ondiñas do Louro, grupo de Buenos Aires. “En Montevideo nos hemos criado con la colectividad gallega, quien no tiene un padre o abuelo gallego, tiene un vecino de ahí”, comenta Adriana Puoy, directora de las pandereteiras Alma Gallega en la capital uruguaya.

La música tradicional gallega al otro lado del Atlántico experimenta una evolución similar a la que se produce en Galicia. El músico gallego Xabier Díaz es testigo de ello. Recién llegado de una gira de conciertos de su trío por Argentina y Uruguay, donde actuó en las ciudades de Rosario, Bariloche, Buenos Aires y Montevideo en salas abarrotadas de público además de aprovechar el tiempo entre conciertos para impartir tres talleres de pandereta, comenta que “tocar alí é moi emocionante, é especial sentir ese cariño que nos teñen a dez mil kilómetros da casa e sabendo o que significou a emigración desde o século XIX e nas tandas sucesivas ata os anos 70”. “O que sucede alí co incremento do interés pola música tradicional é un reflexo no que estamos notando aquí”, explica.

Visto con perspectiva temporal, Xabier Díaz, alma máter de Adufeiras de Salitre, observa que la evolución en los últimos treinta años ha tenido tres momentos: el resurgimiento de hace tres décadas entre los colectivos de emigrantes y sus descendientes fue proseguido de un cierto bajón durante el cambio de siglo por parte de asociaciones y centros dispersos, que ahora tienden a reagruparse. A los nacidos en Galicia que formaban parte de esos grupos de música tradicional en sus orígenes les fueron sucediendo sus hijos y nietos e incluso no descendientes de gallegos.

Xabier Díaz con el grupo Ondiñas de Louro. Buenos Aires

GALICIA EN LA SANGRE Y EN LA CULTURA

Hija de emigrantes gallegos, Luján Martínez creció rodeada de música tradicional gallega: “Mi mamá aún canta y toca la pandereta a sus 82 años, mi abuela paterna a la que no conocí, también; mi padre tocaba la gaita, al igual que mi hermano, que además bailaba. Y mi hija, que tiene seis años seguirá la tradición como muchos otros niños; el folclore gallego en Argentina no va a morir; evolucionará como lo ha ido haciendo desde aquellos coros que inicialmente formaban la mayoría de los grupos existentes (hoy el 90 por ciento son cantareiras)” explica esta bonaerense de 44 años.  

El grupo que dirige, As ondiñas do Louro, está integrado por quince componentes, dos de ellos varones, se formó en 1998 por parte de un grupo de mujeres que acudían a la Asociación Galega de Residentes de Mos que en lugar de jugar a las cartas prefirieron reunirse para cantar y tocar la pandereta. Organizan desde hace 23 años la Xuntanza de Cantareiras con grupos de otras instituciones gallegas y de otros colectivos. Ese encuentro se realizó de manera virtual en pandemia.

“No soy descendiente de gallegos, pero de niña empecé a asistir a clases con una profesora de danza española – había una en cada barrio de Montevideo –; años después en una de las actuaciones con el grupo, un socio de Alma Gallega nos propuso integrar el cuerpo de baile del grupo folclórico, pues no lo tenían. Comencé a formarme en folklore gallego con un profesor que envió la Xunta y luego fui becada a Galicia. Mi encuentro con la pandereta vino a través de unos amigos uruguayos que emigraron a Moaña, cuya hija al venir aquí me mostró cómo había aprendido a tocar la pandereta en Galicia. Me enamoré perdidamente. Pedimos profesores y en 1998 entramos en el mundo de las cantareiras y pandereteiras”, relata Adriana Puoy Castro, de 52 años, directora de las pandereteiras Alma Gallega, un grupo de jóvenes de 16 a 23 años, ninguna de ellas descendiente de gallegos.

Alma Gallega. Montevideo

La pandemia y la edad avanzada de los socios ha hecho que esa asociación, Alma Gallega, lleve tres años paralizada y el grupo de pandereteiras haya visto mermado su número de integrantes. Aun así, continúan en fase de reagrupamiento, participan en eventos y foliadas organizadas por otros grupos tradicionales gallegos de la ciudad y se reúnen para ensayar cada sábado en la escuela de flamenco y folclore gallego de Adriana Puoy, que destaca que “cada vez que voy a Galicia me sucede algo indescriptible, tal vez sea por mi segundo apellido: Castro”.

Tampoco tiene vínculo de sangre con Galicia Carla Manisse (29 años), profesora de pandereta junto a Maribel Dornel en el Centro Unión Hijos de Morgadanes, pero se siente “una más”, ya que “desde los cinco años formo parte de esta colectividad, la cual me enamoró por su cultura”, comenta. Desde 2014 el grupo de pandereteiras de la institución de Montevideo, donde imparte clases Carla Manisse, se fusionó con los jóvenes de Airiños del Centro del Val Miñor, formando el grupo Xuntos, “bajo la consigna de unir y transmitir la cultura y proponiéndonos viajar a distintos centros gallegos por el mundo”, explica. De este modo, Xuntos, integrado ahora por 17 componentes de los casi 30 que tenían antes de la pandemia, ha paseado el folclore gallego por Buenos Aires, Santiago de Chile, Santos, Río de Janeiro y Lima. Dos veces al año, exceptuando la temporada de pandemia, asisten a las romerías de la residencia geriátrica Hogar Español de Montevideo y este año han realizado varias actuaciones fuera de la colectividad gallega, en centros comerciales y fiestas en las que se ha podido mostrar “a un público diferente que no conoce nuestra cultura”. 

La comunidad está unida entre sí, tal y como explica Carla Manisse, quien refiere que su grupo suele realizar encuentros con integrantes de otros centros de Montevideo. Entre ellos se encuentra O Son da Ruxidora, un grupo formado en 1999 en el seno de la Casa de Galicia de Montevideo con la misión de mantener viva la llama del folklore gallego principalmente a través del canto y de la danza. Está compuesto por más de treinta integrantes de edades diversas que se reúnen todas las semanas a cantar, tocar, bailar y divertirse.

“En esta tarea tan difícil, por estar lejos del lugar de origen, tratamos de poner en contexto cada pieza que se interpreta, permitiendo acercarle a aquellos a los que la morriña les gana un pedazo de tierra que, en muchos casos, los vio nacer”, explica la directora y responsable del taller de pandereta, canto y baile popular gallego O Son da Ruxidora, Lorena Becco Sierra (1985), quien tiene una larga trayectoria en diversas formaciones de folclore gallego en Montevideo.

En los últimos cinco años, este grupo ha estado presente en numerosos eventos culturales relacionados con la colectividad gallega, española y de emigrantes en general: centenario de la Casa de Galicia de Montevideo, fiestas de las migraciones, Mes Sefardí del Centro Cultural de España y celebraciones en el Hogar Español. A este último centro geriátrico acudían mensualmente en 2018 y 2019 a festejar los cumpleaños de los residentes. “Durante la pandemia no detuvimos las actividades, llevando a cabo un vídeo para el Día das Letras Galegas, ensayos mediante la plataforma Zoom y, cundo la emergencia sanitaria nos lo permitió, llevamos a cabo un ciclo de ensayos mensuales recorriendo los barrios de Montevideo”, expone Lorena Becco.

El Centro Gallego de Montevideo, el más antiguo de todos los existentes, cuenta con el grupo folclórico Raigames, cuya sección de cantareiras y pandereteiras se formó en 2006 y cuenta en la actualidad con 25 componentes de edades comprendidas entre los 35 y los ochenta años. “Estamos en proceso de recambio generacional, tengo 52 años y creo que es hora de dar el relevo a los jóvenes, en concreto a Sofía Rodríguez, alumna mía y formada, como yo, en Galicia mediante becas”, comenta Beatriz Pérez, directora del grupo.

Raigames Montevideo.

Raigames Montevideo.

DE LOS COROS A LAS CANTAREIRAS

La longeva Sociedad Parroquial de Vedra, fundada en 1910 en Buenos Aires por un grupo de emigrantes procedentes de ese municipio gallego, cuenta desde 1961 con un coro que evolucionó a su actual conjunto de danzas y gaitas, el cual se vio completado en 2001 por su grupo de cantareiras, un total de 28 hombres y mujeres de edades comprendidas entre los dos y los 77 años y procedencias diversas: gallegos nativos, sus hijos, nietos y biznietos y personas sin ascendencia gallega que se acercaron por curiosidad o por tener algún amigo integrante en el conjunto. 

Al frente de las clases de canto gallego y percusión en la sociedad de Vedra se encuentra Analía Espinosa Álvarez, quien explica que a la función inicial de estos centros de servir de ayuda a la adaptación del inmigrante recién llegado, primero, y reunirse con paisanos para combatir la morriña, le sucede en la actualidad la de poner en valor la historia y orígenes galaicos. “Es conectarse con lo de uno, con nuestros antepasados, sentirlos más cerca a través de su cultura y folklore. Los sonidos, los ritmos, los instrumentos, lo que transmite la música gallega es muy movilizante. También consideramos importante difundir la tradición gallega en la Galicia Exterior, tanto lo que nos legaron nuestros emigrantes como lo que se hace ahí hoy en día”, sostiene.

Respecto al sonido de las panderetas, dice que le recuerda a la familia y hace vibrar diferentes emociones. “Es un instrumento para tocar solo o acompañado. Con o sin voz. Parece sencillo pero llega a ser muy complicado de tocar. Es increíble como solo con una pandereta se puede crear música”, expresa Espinosa.

Los repertorios que interpretan estas cantareiras y pandereteiras del otro lado del Atlántico es amplio y diverso, donde conviven piezas tradicionales populares, temas recogidos de integrantes de la colectividad tal y como los cantaban en sus aldeas de origen, canciones de autor y tendencias actuales. “Nuestro repertorio actual es un conjunto de canciones aprendidas tanto de las profesoras que venían a Uruguay a impartir cursos de canto y pandereta, así como de los cursos en Escolas Abertas que hemos hecho algunas integrantes del grupo, con profesoras como Xela Conde y Leni Pérez”, comenta desde el grupo Xuntos Carla Manisse. “Tenemos temas de recolleita, de gente que nos dice cómo cantaban en su época, la más representativa es la ‘Recolleita de Carmen’, una señora que ya falleció, piezas tradicionales populares y nuevas tendencias, como Xabier Díaz o Tanxugueiras”, dice desde Ondiñas do Mar do Louro , en Buenos Aires, Luján Martínez.

SUS REFERENTES

También desde la capital argentina, Analía Espinosa explica que el grupo de Vedra interpreta canciones de esos tres tipos. Y respecto a los referentes comenta: Tenemos varias fuentes: primero fueron nuestras abuelas, las mujeres que emigraron a Buenos Aires, la colectividad gallega. Y del otro lado del charco grandes referencias son O Fiadeiro, Leilía, Rumbadeira, Pallamalada, Xiradela, Ruote, Tanxedoras, Uxía, Xabier Díaz, Xisco Feijoó, Xela Conde, Leni Pérez, Malvela, Aliboria, Xosé Lois Romero, Xirandola, Violia, Tequexetéldere, Liorna, Faltriqueira, Os Carunchos, Cantigas e Agarimos, Atalora, entre otros”.

Los dos grupos de cantareiras de Buenos Aires han paseado sus interpretaciones por Argentina y el extranjero. As ondiñas do Louro se enorgullecen de haber venido en dos ocasiones a Mos, el municipio del que lleva el nombre la sociedad a la que pertenecen, así como a Salvador de Bahía. Las de Vedra han estado en festivales celtas y han actuado ante colectivos de Croacia, Escocia, Lituania y Ucrania.

A un océano de distancia, miran a Galicia con admiración, por eso cuando acuden artistas de este lado del charco les reciben con un especial entusiasmo. “Los que más vienen por aquí son Carlos Núñez, Sés y Xabier Díaz, quien en su última estancia, en noviembre, llenó el auditorio donde actuó en Buenos Aires. La gente lo quiere, lo admira y lo respeta. Luego vino a nuestro centro a dar una clase maestra en la que hizo posible que gente que no sabía ni agarrar una pandereta se animara a dar sus primeros toques”, comenta desde Residentes de Mos en Buenos Aires Luján Martínez. “En 2019 tuvimos la serte de tener una clase abierta con Xabier Díaz, quien nos invitó a cantar con él en su espectáculo en la sala Hugo Balzo de Sobre en Montevideo; y este año en La Trastienda, pero bailando”, comenta Carla Mannise.

FENÓMENO TANXUGUEIRAS

El fenómeno protagonizado por las Tanxugueiras no ha pasado ni mucho menos desapercibido. “Ha revolucionado la colectividad en Argentina; lo seguimos y divulgamos en redes sociales. Nos dolió que ganara una persona más comercial, sin desmerecer su trabajo, porque España perdió la oportunidad de presentar en Eurovisión algo de la tierra, cantado en varias lenguas del estado”, explica Luján Martínez.

“Se han impuesto con un nuevo pensamiento de nuestra música, tienen hermosas canciones y un modo novedoso de cantar en gallego además de tener unas voces privilegiadas. Han sabido fusionar la ‘moda actual’ y la música que escuchan los jóvenes con lo tradicional y han logrado despertar nuevamente ese interés por las raíces y la cultura gallega y por mantener vivo el idioma”, valora Analía Espinosa.

“Unió a toda España, tuve la oportunidad de ir a un concierto suyo en Carballo; veía niños pequeños cantando sus canciones y me emocioné. Tienen que venir para quedarse y surgir otras para mantener nuestra cultura”, comenta Beatriz Pérez, hija de gallegos que plantea residir en Galicia cuando se jubile

“Me gustó su apuesta, transgresora para los tradicionalistas, y muy buena a nivel local”, dice Adriana Puoys.

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