El compromiso del Gobierno español de que reducirá los impuestos antes de que acabe la legislatura con el fin de revertir al menos una parte de los incrementos tributarios que puso en marcha a fines de 2011, volvió a encontrar ayer el rechazo de los organismos multilaterales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) avisó ayer a España de que, si quiere "proteger los servicios públicos y el Estado del Bienestar", los ingresos fiscales deben aumentar y que el problema de España es de insuficiencia recaudatoria incluso cuando los tipos impositivos son elevados.

A juicio del Fondo, es perentorio que el Estado ingrese más porque "el déficit sigue siendo muy elevado" y porque la deuda pública, "ya por encima de la media de la zona euro, se acerca rápidamente al 100% del PIB". En una de sus misiones habituales a los países que perciben ayudas de la institución, el Fondo emitió un informe en el que propone al Gobierno que aumente los impuestos especiales (que gravan combustibles, alcohol y tabaco) y los medioambientales y que eleve parcialmente el IVA -sin modificar el tipo general (21%)- mediante la reclasificación de los productos que hoy están favorecidos por el tipo reducido y el superreducido, que gravan menos que la media europea a muchos productos básicos de la cesta de la compra.

Para atenuar el impacto que supondría este encarecimiento de productos básicos para muchas familias, el Fondo reclama que esta subida de impuestos se acompañe de medidas "para proteger a los más vulnerables".

El economista del Fondo James Daniel sostuvo que por esta razón, y para "minimizar su impacto negativo en el crecimiento y el empleo", estas subidas tributarias deben hacerse "de forma muy cautelosa". El otro gran mecanismo para aliviar a los ciudadanos de un mayor esfuerzo fiscal deber ser, según el FMI, la creación de empleo como prioridad. Para ello, defiende la devaluación fiscal (subir los impuestos al consumo y bajar las cotizaciones a la Seguridad Social) y que la reforma fiscal que se propone anunciar el Gobierno el mes próximo debe ser aprovechada para facilitar la contratación de trabajadores poco cualificados.

España, a causa de la "burbuja" inmobiliaria de los años 1998-2008, tiene un gran contingente de parados que abandonaron las aulas para trabajar en tareas básicas de la edificación y que ahora carecen de destrezas para incorporarse a otros sectores de actividad. El Fondo propone que el ejecutivo incentive a las empresas que los afilien bonificando su aportación a la Seguridad Social y compensando a la caja única de las pensionas de esta merma recaudatoria con transferencias del Estado.

El Fondo propone suprimir exenciones en el impuesto sobre la renta y no ve margen para "reducir significativamente los tipos máximos del IRPF" tanto por necesidad de recaudación como de "progresividad". Sí plantea una rebaja "gradual" del impuesto sobre sociedades para "fomentar el crecimiento".

El FMI considera que para favorecer el crecimiento, la inversión y el empleo, la banca debería negociar con las empresas endeudadas pero viables planes de reestructuración de los débitos que permitan sobrevivir a esas sociedades en beneficio de ambas partes. Y lo mismo sugiere que haga el Estado con las deudas de esas sociedades al fisco y a la Seguridad Social.

A la banca le reclama que aumente el crédito y para ello le emplaza a que aumenten sus ratios de capital limitando dividendos, "bonus" y costes y no, como hasta ahora, reduciendo préstamos.

También demanda reducir barreras regulatorias, liberalizar profesiones, reducir las ventajas de los contratos indefinidos respecto a los precarios, permitir a las empresas reducir salarios a los empleados menos cualificados. El organismo que dirige Christine Lagarde vuelve a reclamar al Banco Central Europeo (BCE) que apoye estas medidas con políticas monetarias expansivas.