Por ley, toda aquella empresa que produzca algún residuo está obligada, bien a tratarlo por sí misma, bien a encargar esta labor a un gestor público o privado.

Para facilitar la recogida y transporte de estos residuos, las empresas especializadas apuestan por hacer una primera clasificación en las propias instalaciones de sus clientes. “Dependiendo de los materiales con los que trabajan, colocamos distintos contenedores para recoger cada residuo. Si, además, el volumen es muy grande, instalamos equipos como autocompactadores o prensas portátiles. De esta forma, reducen los portes del transporte y ahorran espacio de almacenamiento”, explica Hugo Vila, responsable de logística y producción de una empresa gestora de residuos sólidos urbanos e industriales de Mos.

El objetivo de cualquier plan de gestión de residuos es disminuir el porcentaje de basura que acaba en el vertedero e incrementar el porcentaje de aquellos susceptibles de ser valorizables, es decir, de los que se pueden aprovechar las materias, subproductos y substancias que contienen bien a través del reciclaje, bien mediante la reutilización.

En este proceso de valorización y posterior tratamiento, la clasificación es una fase fundamental. “Los residuos han de separarse, además de por tipo de material, por calidades, dependiendo del proceso de reciclaje al que se van a someter posteriormente. Por ejemplo, en el caso del cartón, de menos a más merma podemos encontrar el kraft, el cartón ondulado y el parafinado”, apunta Vila.

Su compañía, especializada en la separación y acumulación, se encarga de enviar los residuos clasificados a cada una de las fábricas donde se van a reciclar. “Es un sector muy especializado”, apostilla el responsable de logística y producción.

En lo que respecta al cartón, hay ya industrias que producen material 100% reciclado, aunque lo habitual es introducir solo un tanto por ciento que puede variar entre el 30 y el 50 y para el resto utilizar pasta de madera.

En cuanto al plástico, la especialización es incluso mayor, ya que hay infinidad de tipos: polipropileno, polietileno, poliestireno, PVC... El porcentaje de reciclaje depende de factores como el precio del petróleo. “Cuando está alto, se tira más de plástico reciclado. Cuando baja, se fabrica más plástico ‘virgen’. Uno y otro son prácticamente el mismo, ya que en términos básicos, reciclar plástico no es otra cosa que volver a cogerlo y triturarlo. No se hace nada especial con él. Para ello es muy importante que vaya muy bien clasificado”.

Más concienciación

A pesar de que la obligación de gestionar los residuos - recogida por la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados- no es nueva, no eran pocas las empresas reacias a cumplirla aún a costa de pagar las multas correspondientes.

La tendencia está cambiando y actualmente la concienciación medioambiental es mayor entre las compañías españolas. “También nosotros nos involucramos cada vez más en esa labor de concienciación”, señala el responsable de producción y logística de la gestora de residuos, cuyo lema es “Nos esforzamos por un legado azul”.