La vecina agoladesa Filucha Miguélez tiene un huerto que llama la atención de los vecinos y visitantes de la localidad. Como cada año, sembró de todo, pero "se nos dio por comprar un remolque de estiércol de caballo, nunca lo hiciéramos", explica. Miguélez considera que debido a ello y al trabajar bien la tierra todo lo que sembraron está siendo "fuera de lo normal".
En su plantación se pueden ver girasoles, que superan su estatura, acelgas "a las que le tuve que poner un palo porque son muy altas y pueden romper", explica. También tiene tomates, pimientos, pero lo que más le llama la atención son el tamaño de las habas. "Yo compré las bajas, pero a medida que van creciendo son más altas de lo habitual, tuve que ponerle palos para sujetarlas, nunca me había pasado esto", comenta. Miguélez junto con su familia son los encargados de cuidar el huerto que es para consumo propio. Su vivienda se encuentra en el núcleo urbano de Agolada y este fin de semana, también debido a la celebración del Corazón de Artesanía, fueron muchos los que se acercaron a sacarle fotos: "Sobre todo se fijan en los girasoles que son demasiado altos, pero miran todo. Hasta los coches se paran para observar porque llaman la atención desde la carretera", explica la vecina agoladesa.