Y si en 2017 sube el volumen de entrega de envases ligeros (ya pasó en 2016), no ocurre lo mismo con el uso de los contenedores azules, donde se deposita cartón y papel. Según Ecoembes, en 2016 había aumentado la entrega de este material en todos los municipios salvo en Agolada. Pues bien, en 2017 el depósito de papel y cartón cae en siete de los nueve municipios: solo mejoran precisamente Agolada (que había bajado en 2016 pero ahora pasa de los 3,6 a los 5,8 kilos por habitante y año) y Rodeiro, que sube tímidamente de los 8,2 a los 8,3 kilos. Ambos mantienen sus 12 y 10 depósitos azules, respectivamente.
En Deza, las tasas más altas de entrega corresponden a Lalín y Silleda: los dos comparten cifra de reciclado, con 12, 2 kilos por cada vecino. En el año precedente, en Lalín cada habitante había entregado 13,3 kilos de papel y cartón, mientras que en Silleda habían sido 12,6 kilos. En Lalín se contabilizan 104 contenedores para estos residuos, mientras que en Silleda hay 41. En cuanto a Vila de Cruces, mantiene sus 32 depósitos y ha pasado de reciclar 11,6 a 11,2 kilos por habitante.
En la comarca vecina, A Estrada también baja su tasa de entrega de papel y cartón: pasa de 12,3 a 11,9 kilos por residente, y cuenta con 57 contenedores. En Forcarei, de los 6,4 kilos registrados de media en 2016 se pasan a los 5,8 al año siguiente. Aquí hay 32 contenedores. Es en Cerdedo en el único municipio donde se colocan más depósitos: tenía 25 y ahora cuenta con 27. Sus vecinos, que entregaban 16,8 kilos, ahora caen a los 13,4. Es el descenso más notable. De media, en la zona cada residente deposita 10,1 kilos de este material.