Todo son alegrías últimamente en el Pontevedra CF. El club lidera la clasificación de su grupo, el 1A, y además lo hace siendo uno de los líderes más goleadores de la categoría.

El equipo de Jesús Ramos se encuentra dentro de un selecto club dentro de la Segunda B y es que sobran dedos de una mano para contar los equipos que han marcado ya en solo tres jornada seis goles a favor. Junto al Pontevedra, con seis goles a favor y cuatro en contra se encuentran tres clubes más: El Zamora, del mismo grupo, el Marbella del 4A y el Melilla del 5B. Superando esta hazaña solo se encuentra el CD El Ejido, con 7 goles a favor.

Uno de estos clubes más goleadores será precisamente el próximo rival de los de Pasarón, el Zamora CF. Ambos equipos se presentan a la cita con los mismos resultados, invictos, con dos victorias y un empate. La cita será el próximo 8 de noviembre en el Ruta de la Plata.

Pese a haberse hecho líderes con la victoria al Celta B, Ramos le quita importancia y sigue con la filosofía de partido a partido. “Llevamos tres jornadas, hemos jugado 5 partidos de pretemporada, hay mucha gente nueva... Aunque hemos empezado así, desde el principio y eso en el partido de Ferrol era una ventaja, pero aún tenemos que acoplar mejor las piezas, hay que seguir evolucionando. Esto va a ser duro. Se ve en los resultados, todo el mundo quiere ganar, competir y va a ser muy difícil”, apunta.

“Estamos satisfechos, pero nos gustaría estar líderes en la decimoctava, eso sería lo bueno. Ahora mismo es anecdótico, nosotros tenemos que seguir compitiendo, evolucionando en nuestro modelo de juego, ir a Zamora, intentar hacerlo bien y si podemos traer los tres puntos porque esto es muy largo, señala Ramos”.

Invictos en tres jornadas

Además de las buenas sensaciones de los últimos partidos el Pontevedra afronta uno de sus mejores invictos de campaña, siendo invicto tras tres jornadas. Para rememorar algo similar en el club granate hay que echar la vista atrás hasta la Tercera División. En la temporada de 2012-2013, cuando el Pontevedra ganó las tres primeras jornadas por un gol a cero. Aún hay que irse más atrás, a la temporada de 2009-2010 para que esto ocurriera en Segunda B, en este caso el club sumó dos empates y una victoria.

Lo más curioso es que de esta hazaña de seis goles solo uno de ellos viene de la mano de un delantero, de Charles que de penalti salvara el encuentro con Unionistas con un empate. El resto de tantos son de agradecer a Álex González, que acumula dos, Romay, Oier Calvillo y Eneko Zabaleta.

Pero sin duda esta es de las menores preocupaciones para el equipo y es que la delantera, que viene a ser la envidia de la categoría desde la pretemporada, está aportando en muchos otros aspectos.

Así lo reconoce el técnico, Jesús Ramos. “No están consiguiendo gol, pero nos generan otras cosas para el resto del equipo”, explica. “Somos capaces de asociarnos con ellos por dentro, son capaces de fijar mucho a los centrales, están muy pendientes de ellos y en otros momentos se liberan más los jugadores que juegan por fuera”, apunta el entrenador granate. Con ello le da poca importancia a este problema menor, los goles ya vendrán, mientras tanto, esto deja ver que el equipo es mucho más que esa dupla de infarto, y que como viene advirtiendo Ramos, hay mucho más atrás, que logrará que el equipo llegue a donde debe.

La regularidad será la clave

La clasificación hasta el momento está bastante igualada, el Pontevedra suma siete puntos, al igual que el Zamora y el Deportivo de la Coruña. Guijuelo Unionistas y Ferrol también están igualados con 4 puntos , por debajo, Coruxo y Celta B también acumulan 1. En opinión del técnico granate, Jesús Ramos, la clasificación seguirá bastante igualada por el momento. “Creo que cuando acabe la primera vuelta de esta primera fase a lo mejor sí que se empieza a partir un poco”, explica. El técnico del Pontevedra señala que “hay muchos empates, muchos equipos que puntúan en campos donde piensas que no lo van a hacer, va a ser complicado”, sentencia. Por ello será más importante que nunca ser regular, ya que tal y como está diseñada la competición, no hay tiempo para errores.