El fin de semana dejó dos escalofríos en forma de lesiones para futbolistas de brega y bravura. En el Arenteiro, su centrocampista Adil dejaba el campo en camilla cerca del descanso con una herida abierta en la rodilla izquierda. En el Barbadás, el polivalente Aitor Martínez no pudo acabar el encuentro en el feudo del Beluso al dañarse el tobillo. El diagnóstico, en su caso, es más preocupante.

Los dos visitaron el médico ayer. Adil para hacerse las curas y para abastecerse de antibióticos. Recibió puntos y grapas para suturar una articulación que no recuerda cómo se lastimó. "Apoyé la rodilla y se levantó el césped, pero no me acuerdo de nada más. Me dijeron que fuera una patada fuerte, una entrada dura de lado", explicaba ayer el jugador marroquí.

El sábado sintió mucho dolor, incluso llegó a marearse, aunque le quedaron energías para meterle prisa al conductor de la ambulancia, recuerda entre risas. Ayer la rodilla seguía inflamada, pero la medicación comienza a hacer efecto y el día 23 le quitarán los puntos. Adil confía en que la avería se quede en susto: "El médico me aseguró que no tenía nada, solo el dolor de la herida y que estaba hinchada. Espero estar 15 días parado y no quiero parar más porque físicamente me siento bien y estoy con ganas de fútbol". Agradece la multitud de muestras de cariño que recibió desde el sábado: "No paré de contestar mensajes y tuve muchas llamadas de Carballiño y de Ourense. Le doy las gracias a la gente, porque me imagino el susto".

A Aitor Martínez le tocó visitar al traumatólogo para una segunda exploración del tobillo derecho que se lesionó en una acción fortuita, cuando ya acababa el encuentro del pasado domingo en el campo del Beluso. El primer diagnóstico fue una fuerte luxación, pero no se descartaba que estuvieran afectados los ligamentos.

Aunque la hinchazón todavía impide delimitar con exactitud los daños, la gravedad de la lesión parecía confirmarse ayer para el jugador que regresó esta temporada al campo de Os Carrís tras dos campañas en la UD Ourense y un paso previo por el Arenteiro y el Nogueira. El tobillo flaquea, pero el ánimo está fuerte, asegura.