El Real Madrid, sin Bale y con James Rodríguez, intentará hacer borrón y cuenta nueva y empezar desde cero la pretemporada tras el desastre y la humillación que sufrió ante el Atlético (3-7) en la "International Champions Cup".

El Tottenham será la primera prueba de fuego para un equipo deprimido antes de iniciar el curso de forma oficial. La goleada frente a su gran rival sembró las primeras dudas de la segunda etapa de la era Zinedine Zidane, que tendrá una buena opción para disminuir las críticas que caen sobre el proyecto blanco que aún no carbura.

El técnico francés tendrá que tomar decisiones para buscar una revolución que, por ahora, no ha llegado después de un año sin títulos en el que el Real Madrid ofreció una pobre imagen a lo largo de casi toda la temporada pasada.

De momento, no contará con Bale, que no ha viajado a Alemania para disputar la "International Audi Cup" mientras espera una salida del club que satisfaga al jugador galés y a la entidad presidida por Florentino Pérez.

Sin embargo, con la incorporación del colombiano James Rodríguez a los entrenamientos, Zidane podría contar con una bala inesperada antes de iniciar la pretemporada. Cuando tenía a toda la plantilla a su disposición, James era un descarte. Pero con la grave lesión de Marco Asensio y después del desastre ante el posible destino del sudamericano, el Atlético de Madrid, su salida podría estar paralizada.