Ana Peleteiro es pura fiabilidad. Alejada de las dudas que la frenaron cuando era poco más que una adolescente, la triplista gallega se convertido en uno de los valores más seguros del atletismo español. No falla, no se equivoca. Ayer le valió un solo salto en la calificación para meterse en la final del vienres (comenzará a las 20:07 horas) en la que aspira a lo más alto del podio. Después de una temporada entera en la que siempre ha saltado con facilidad por encima de los 14,20, la marca que se exigía para estar en la final (14.05) era tarea sencilla para ella. Ajustó la carrera, la batida y cumplió con lo que Iván Pedroso (el hombre que puso todo en su sitio) le pedía. Poco importó que se levantase con una ligera molestia. Un paracetamol y a la pista. Un salto y a seguir descansando de cara a la final en la que la exigencia y la concentración van a ser más altas.

Ella fue la única española en concurso que se metió en la final. Patricia Sarrapio y María Vicente quedaron eliminadas.

Para una atleta como Peleteiro, que ha saltado este año 14,55, la marca requerida no ofrecía una gran dificultad, pero sí para las otras dos españolas, Patricia Sarrapio, que llega con 14,08, y para María Vicente, de 17 años, cuyo mejor registro es de 13,95.

Peleteiro prometió "pelear con las mejores" en el estadio Olímpico de Berlín, y ha resuelto el primer compromiso con suma facilidad, pese a que la ronda de calificación de triple estuvo interrumpida durante un cuarto de hora por un problema en el foso.

Peleteiro, medallista de bronce este año en los Mundiales en pista cubierta de Birmingham, dijo antes de competir que venía a Berlín con el modesto objetivo de mejorar su marca, "aunque sea un solo centímetro".

"Si lo consigo, estaré contenta porque habré dado lo mejor de mí, aunque vengo a pelear con las mejores. Llevo un par de semanas entrenando entre algodones porque el cuerpo está a tope, escuchando a mi entrenador (el cubano Iván Pedroso) y mentalizándome", afirmó.

Peleteiro ha bajado de peso desde que está con Pedroso. "Cuando empecé con él pesaba 60 kilos, en los Mundiales del año pasado 59 y aquí vengo con 57 y medio. Me he esforzado en estar ligera de peso, cuidando mucho la alimentación", explicó.

La gallega se mostró ayer satisfecha con su salto de 14,27 metros que le dio el pase a la final en los Europeos de Atletismo en Berlín y dijo, al ser interrogada acerca de si no hubieran podido ser unos centímetros más, que lo importante era lograr la Q mayúscula y clasificarse. "Estoy muy satisfecha. Lo importante era lograr la Q mayúscula y clasificarse y se ha cumplido el objetivo", dijo a un grupo de periodistas.

Peleteiro dijo que antes de la clasificación ella misma había estado sorprendida de lo relajada que estaba. "Estaba tan relajada que me pregunté si no me estaba pasando algo", señaló.

De cara a la final, Peleteiro dijo que será una competición muy abierta en la que todas las atletas clasificadas tienen su oportunidad.

"En la final todas tienen posibilidades, desde la última hasta la primera clasificada", dijo al ser interrogada acerca de cual de las competidoras veía como su principal rival.

Interrogada acerca de si no la había inquietado el salto de 14,49 de la griega Paraskevi Paprhistu, Peleteiro le restó importancia y recordó que su mejor salto de la temporada había sido de 14,55.

"Yo no vengo a la ronda de clasificación a darlo todo, hay que hacer las cosas bien pero hay que guardarse algo", dijo.

La eliminación del joven gallego Adrián Ben en la primera ronda europea de 1.500 deja al atletismo español sin representación en la final justo el día en que se cumplen 26 años de la victoria olímpica de Fermín Cacho en Barcelona'92.

El atleta de Viveiro, de 20 años recién cumplidos, era el único representante español en una especialidad que ha reportado a España once medallas -tres de oro- en la historia de los campeonatos de Europa. Ninguno de los séniors había sido capaz de hacer la mínima federativa (3:38.00).

Era una tarea difícil para un atleta novato -bronce en un europeo júnior- cuya marca de 3:39.40 le situaba noveno entre los once de la segunda serie. A la final pasaban sólo los tres primeros de cada carrera y tres más por tiempos.

Ben se puso en cabeza y pronto lo relevó el italiano Mohad Abdikadar, los dos en busca de una carrera rápida que aumentara las opciones de repesca. El lucense Llegó al ultimo giro en el grupo delantero pero clavó en la recta y acabó octavo con 3:42.01.