En marzo de 2022 fueron 1.150 kilos de residuos, en abril del año pasado se alcanzaron los 2.250 y ayer se sacaron del agua 1.300 kilos más de basura marina en un enclave natural privilegiado: Areoso.
De nuevo de la mano de Afundación, la Obra Social de Abanca, que en los últimos años ha retirado de este y otros lugares de las rías gallegas y del Parque Nacional de las Islas Atlánticas nada menos que 67 toneladas de desperdicios.
Lo hizo, como es habitual, por medio de su popular programa medioambiental Plancton y gracias a la organización de una docena de actividades de limpieza, tanto en superficie –bancos marisqueros, playas y puertos– como en fondos marinos, colaborando en ellas unas 800 personas.
Un medio amenazado
Lo que sucedió ayer, en consecuencia, fue que Plancton escribió otro capítulo en la lucha por la preservación del amenazado medio marino.
Y lo hizo una vez más en el afamado islote arousano, gracias a la colaboración de la cofradía de pescadores de A Illa, del Club Subacuático Pérez-Sub y del Concello.
A quienes se sumaron voluntarios de Abanca, de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas, Guardia Civil del Mar y Protección Civil de Vilanova.
Voluntarios
En total, 17 barcos y un centenar de voluntarios –entre ellos 32 buceadores– que recogieron restos de redes, cuerdas, cabos, nasas, neumáticos y demás útiles extraviados durante las labores pesqueras, así como abundantes residuos plásticos.
Una vez más, el Plan de Conservación Territorial (PlanctON) ha dejado patente que la lucha contra la basura marina es capaz de arrojar resultados altamente satisfactorios y que la concienciación social y el voluntariado o activismo climático y medioambiental van en aumento.
Pero también que todavía queda mucho por hacer, ya que la acción del hombre sigue causando estragos.
Basta con observar tanto la cantidad como el tipo de porquería recogida ayer en el lecho marino y las playas de Areoso.
Pusieron pie a tierra
A diferencia de otras ocasiones, el despliegue realizado por Plancton ayer no se limitó a limpiar el lecho marino con ayuda de buzos, sino que permitió que un reducido grupo de voluntarios del programa Actúa de Abanca desembarcaran en uno de los arenales de Areoso.
Lo hicieron para, sobre la arena, recoger nada menos que cien kilos de “envases y diversos objetos plásticos, metálicos y de vidrio”.
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Es decir, restos “de origen continental” que no deberían aparecer en un paraíso natural como este y fueron “arrastrados por las corrientes y depositados en la playa por los temporales”, o bien dejados directamente allí por los visitantes ocasionales de este islote.
Uña de gato
Junto a esos 100 kilos de basura marina recogieron 40 de una especie exótica invasora tan conocida como la uña de gato.
Una embarcación de apoyo de Dragados Osmar se encargó de recoger esos restos y los 1.300 kilos que sacaron los buzos para transportarlos al puerto de O Xufre para su clasificación y traslado para su tratamiento.