Miles de personas se concentraron ayer en las ciudades gallegas contra la sentencia "infame" de "La Manada" convocadas por colectivos feministas unidos bajo el paraguas de la Marcha Mundial das Mulleres. Cánticos como "No es no" y "No es abuso, es violación" con el lema "Si es machista no es justicia" se escucharon en más de una veintena de localidades en las que de nuevo, como ocurrió el pasado 8 de marzo, el feminismo volvió a salir a la calle para protestar contra una sentencia judicial que las asociaciones consideran "injusta", "indignante" y "machista".
Entre ellas, la Rede Municipal contra os malos tratos de Vigo, cuya portavoz, Rosa Fontaíña, calificó de "barbaridad que no se tuviese en cuenta que fueron violaciones". "Es por ahí por donde tiene que ir la cosa, independientemente de los años de condena", dijo Fontaíña, que calificó la sentencia de "indignante". "No puede ser que tenga más valor para un juez que le roben el móvil a que la violaran", añadió. Precisamente ayer hubo una reunión del Consello Municipal da Muller en la que se acordó por unanimidad emitir un comunicado de rechazo y, como cada último jueves del mes, sus integrantes se concentraron ante el Marco.
Su protesta coincidió con la convocada contra la sentencia bajo la pancarta "La complicidad institucional es violencia criminal" por lo que media hora antes de las 20.30 horas cientos de personas ya se agolpaban ante el Marco con cánticos como "Rebelión, desobediencia, contra a súa violencia", "Contra todo agresor, a manada somos nós" o "Yo si te creo". Las personas concentradas aplaudieron irónicamente a los jueces mientras el actor Manuel Botana tachaba de "incomprensible" la resolución y calificaba de "ridícula" la condena. Entre los asistentes, las concejales Isaura Abelairas, María José Caride y Ana Laura Iglesias, del PSOE, y Margarida López, de Marea de Vigo. Horas antes, En Marea y BNG habían llamado a los ciudadanos a acudir "de forma masiva" a las protestas contra una sentencia "lamentable" y "vergonzosa". También la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, consideró "incomprensible" que "en pleno siglo XXI se considere que no se ha ejercido violencia sobre esa mujer, que fue violada por cinco hombres" y lamentó que en España "no hay leyes que garanticen la libertad, la seguridad y los derechos de las mujeres". El cambio de leyes también fue la demanda de la Asociación Mulleres en Igualdade, que rechazó emitir un juicio de valor sobre la decisión judicial.
"La sentencia es una agresión en sí misma a mayores de la violación que sufrió. Es un mazazo de la violencia patriarcal contra todas y cada una de nosotras", recalcó Raquel Pérez, de la Marcha Mundial das Mulleres. "Los que juzgan son hombres, la justicia es machista así que más o menos estábamos preparadas para este duro golpe". "Queda muchísimo por hacer. O nos matan, porque si te resistes te matan, o nos dejamos y entonces se considera que no somos agredidas", lamentó.
"El que se denominen a sí mismos Manada ya muestra una mentalidad depredadora de la mujer, como si fuese una pieza de caza", interrumpió otra de las asistentes a la multitudinaria cita en Vigo, que abarrotó el entorno del Marco y partió en manifestación por Príncipe y Policarpo Sanz para regresar al punto inicial, pasadas las nueve de la noche. Allí, Carmen Albo leyó el manifiesto. "No podemos tolerar que desde las instituciones se normalice la cultura de la violación", indicó la médico feminista, que recordó que "la joven, violada, tuvo que demostrar su inocencia porque también se la juzgó a ella. No solo tuvo que demostrar que fue violada sino que tuvo que demostrar que no lo provocó", continuó el manifiesto, en el que se recordó que cada ocho horas se viola a una mujer en España y que solo denuncian el 10 por ciento. "El reto no es educar a las mujeres para que no sean agredidas sino a los hombres para que no sean agresores", señaló Albo, que comunicó la puesta en marcha de asambleas abiertas contra la "justicia patriarcal".
Desde la Asociación Faraxa pola Abolición da Prostitución, su letrada, Ana García, dijo entender la "indignación en el ámbito social porque se supone que estamos avanzando y la realidad es que no". La valoración a nivel jurídico es más compleja, matizó, ya que "el derecho no es como las matemáticas y todo es interpretable". "No dudo que tenga un buen fundamento jurídico pero en la calle se entiende de otra manera", dijo. Con todo, aseguró que como abogada no le sorprende la decisión. "Con tanta expectativa los jueces no suelen dar la razón a una parte ni a la otra, estaba claro que iban a ir por el medio si no los absolvían", subraya. "Son delitos muy complicados de acreditar judicialmente y en los que la duda favorece al agresor y siempre se cuestiona la credibilidad de las víctimas", afirma. "El hecho de que estuviese en inferioridad, fuese mujer y hubiese bebido son criterios que para los jueces, hombres y de cierta edad, minan su credibilidad", lamenta.
