"Es un reconocimiento merecido. Fernando arriesgó su vida en un acto que es de un gran valor para la Argentina como la cuestión de las Malvinas, que es la única parte que le falta a nuestro territorio". El agregado militar de Argentina en España, Julio César Hoffmann, reconocía así ayer al marinero de Bueu Fernando Otero, uno de los tripulantes del "Usurbil", un barco de pesca militarizado para hacer labores de espionaje durante la Guerra de las Malvinas. El buenense es el primer ciudadano extranjero y sin residencia en la Argentina que recibe la Medalla del Congreso y de la Armada de Argentina. Su caso abre un precedente para que otros marineros en su situación soliciten el reconocimiento de veteranos de guerra, que lleva aparejada un compensación equivalente "a tres pensiones mínimas" en Argentina, que suponen alrededor de unos 1.000 euros mensuales.
Fernando Otero dio a conocer su historia en junio de 2014 a través de FARO DE VIGO, en un reportaje titulado "Espías a las fuerza en el caladero de Malvinas", y explicaba que incluso tenía un libro escrito. En su batalla para lograr el reconocimiento del Estado argentino fue clave el agregado militar Julio César Hoffmann, que llegó a la Agregaduría Militar en España el pasado mes de julio. "Yo venía de un departamento de la Armada que manejaba estos asuntos, así que los trámites fueron bastante fluidos. Es verdad que Fernando al principio estaba bastante descreído pero yo le dije: 'Confía en mí, que esto lo vamos a sacar adelante'. Al final lo logramos y el acto del jueves fue muy emotivo", asegura Hoffmann. Allí se interpretaron el himno de España, de Argentina y la "Marcha de las Malvinas". La solemne celebración reunió alrededor de un centenar de invitados, que el 25 de mayo celebra el Día de la Patria.
El agregado militar y el marinero buenense han forjado a lo largo de estos meses una buena amistad. Tanto que el Julio César Hoffmann acudirá el próximo 15 de julio a Bueu, coincidiendo con la festividad de la Virgen de Carmen, para una comida con Fernando Otero y su familia. En el acto del jueves también se entregó un ramo de flores a su esposa: "Las mujeres de los marinos son las que más sufren con estas situaciones, con la incertidumbre que se vive", asegura Hoffmann.
El agregado militar reconoce que esta distinción puede servir de precedente para que otros marineros gallegos que se viesen en una tesitura idéntica puedan solicitar el reconocimiento. No obstante, no es algo inmediato y lleva una serie de trámites y comprobaciones, como se hizo en el caso de Fernando Otero. "Lo primero es verificar que estuvo donde dice que estuvo y constatar que el 'Usurbil' se destinó a estas tareas. En este caso teníamos a varios veteranos argentinos que corroboraban la historia de Fernando. En este caso se caía de maduro que le tocaba este reconocimiento", admite Julio César Hoffmann. "Ahora los demás pueden hacer el trámite, tienen las puertas abiertas", añade.
La tripulación del "Usurbil" contaba con 22 tripulantes españoles, la gran mayoría gallegos, como Fernando Otero; el contramaestre cangués Juan Casas, que también participó en el reportaje de FARO publicado en 2014; o los hermanos José y Paco Piñeiro, que eran de Pontecaldelas.
El vecino de Bueu sigue con la idea de publicar un libro y cuenta con un borrador que ahora deberá cambiar para incluir un final más feliz: el de su condecoración y reconocimiento por los servicios prestados. Aunque fuesen a la fuerza.
