Rodolfo Hinrichs fue cónsul honorario de Alemania en Vigo durante seis años. Su labor no solo se extendió a la ciudad olívica, sino que su marco y jurisdicción también abarca A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra.

Las buenas relaciones que entabló entre el país germano y España llegaron a oídos del presidente federal Joachim Garuk, quien decidió honrarlo con la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana.

Su implicación en el trabajo consular fue impecable y su ayuda en pro de los alemanes más necesitados y desprotegidos ha sido notable, creando además una amplia red entre los gobiernos más locales y el país alemán. "Siempre estuve en contacto con los alcaldes de las provincias y ciudades que estaban vinculadas a mi consulado, incluso también con el presidente de la Xunta o por ejemplo en Vigo, con el presidente de la Autoridad Portuaria. Creo que es fundamental tener un protocolo común de actuación", comentaba Hinrichs.

Como un recuerdo que pasa de padres a hijos, el consulado de Alemania en Vigo está ahora en manos de su hija Silvia Hinrichs, quién sigue los pasos de su condecorado padre. "Últimamente tenemos más trabajo y organizamos reuniones con otros cónsules para que todo esté perfecto, como siempre hizo mi padre", comenta Silvia Hinrichs.