Manuel Lorenzo Gómez sopló ayer las velas por su cumpleaños arropado por sus familiares y amigos más allegados, que le tributaron una emotiva fiesta en la casa de uno de sus hijos en Teis. Sin embargo, no fue un aniversario cualquiera, sino que sirvió para celebrar los 104 años de Manuel, un ejemplo de longevidad.

El hombre, nacido en la localidad pontevedresa de Cotobade en 1910 y que goza de una buena salud aunque con problemas de vista, no podía ocultar la emoción tras soplar las velas de la tarta que le tenía preparada su familia. Pese a los 104 años, Manuel no pierde la ocasión cada día de salir a dar un paseo junto a su hija Carmen por la parroquia de Cabral, donde reside en la actualidad.

Carpintero de profesión, aunque también trabajó como labrador durante algunos años, llegó a Vigo en la década de los 60 después de emigrar a Uruguay y Brasil. Años más tarde regresaría a Cotobade, su pueblo natal aunque tras fallecer su segunda mujer regresó a la ciudad olívica en 2001.

Manuel puede presumir de dos hijos -Carmen y José-, cinco nietos y seis biznietos. "No descartamos que sea tatarabuelo", presume uno de sus hijos durante la celebración. Todos aquellos que conocen a Manuel lo definen como un hombre agradable, tranquilo, que "se hace querer" y a quien "no le gusta tener una deuda" con nadie. "Es un hombre de palabra", explica una de sus nueras.

En su día a día, después de su habitual paseo, a Manuel le gusta sentarse delante del televisor y poner la TVG, especialmente para ver Luar. Además, fumaba tres cigarros cada día hasta hace dos años y no perdona un vaso de vino con las comidas. Una receta muy simple y sin secretos para seguir soplando las velas cada año junto a sus seres queridos, que pueden presumir de los 104 años de Manuel, muy bien llevados.