La Comisión Europea anunció ayer que mantiene la previsión de crecimiento para España este año en el 3,7% del PIB, la misma cifra que pronosticó la pasada primavera, pese a las turbulencias financieras causadas por la crisis de las hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos.

El ejecutivo comunitario rebajó en una décima las estimaciones para la UE y para la zona euro, que quedan en el 2,8% y el 2,5% respectivamente, y alertó de que, aunque los fundamentos económicos siguen siendo sólidos, aumentaron los riesgos a la baja.

El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, descartó durante la presentación de estas previsiones económicas intermedias de otoño un ajuste brusco del sector de la construcción en España y apostó por una "desaceleración gradual", que se hará más evidente durante el segundo semestre del año, porque la subida de tipos de interés no es "excepcional" y porque existe una "demanda real" de viviendas.

Desaceleración

Almunia dejó claro que en los últimos meses del año el crecimiento de España "va a estar más cerca del 3% que del 4%" y admitió que "eso se explica en buena medida por la desaceleración del sector de la vivienda en España" derivada del "endurecimiento de las condiciones de crédito" y de "una cierta madurez del ciclo del sector vivienda en España".

El comisario explicó que no ha revisado a la baja la previsión del 3,7% porque durante el primer semestre se registró un mayor crecimiento al esperado, del 4,1% en los tres primeros meses del año y del 4% en el segundo trimestre. "Estos mejores resultados de la primera parte del año compensan las consecuencias negativas durante la segunda parte del año de la situación en los mercados financieros", señaló.