En el primer trimestre de este año 20.294 gallegos cambiaron de provincia por motivos laborales. Unos se trasladaron a otras de la propia comunidad o marcharon fuera, aunque según los datos predominó la segunda opción. Los que entraron en alguna de las cuarto provincias gallegas fueron 16.108 empleados, lo que implica que Galicia perdió 4.186 trabajadores entre enero y marzo. Y, en este caso, Pontevedra fue, de largo, la provincia con peores datos de la comunidad. Según los datos ofrecidos ayer por la agencia Randstad, 7.991 pontevedreses salieron de la provincia, y apenas entraron 4.268 (saldo negativo de -3.723).

Por comunidades autónomas, y en cifras absolutas, las que más trabajadores han perdido fueron Castilla-La Mancha, Castilla y León, y Aragón. En el extremo contrario se situó Madrid, que es la más receptiva, con un saldo positivo de 37.532 trabajadores, según los datos del Servicio Público de Empleo.

La tasa media nacional de movilidad es del 12,48%, la más elevada desde el primer trimestre de 2010. Este porcentaje se obtiene de la relación entre los contratos que implican movilidad a otra provincia y el número total de contratos firmados. En el conjunto de España se firmaron entre enero y marzo de este año 3.557.000 contratos, de los que más de 440.000 implicaron el traslado a una provincia diferente a la última residencia para poder trabajar.

El sector servicios es el que más contratos de movilidad aglutina en términos absolutos, aunque su tasa sea inferior al resto. Según el estudio, el 76% de los trabajadores españoles está empleado en los servicios, pero sólo el 57% de los contratos firmados ha implicado movilidad. En el análisis por sectores, lo más destacado se encuentra en la construcción, que ocupa al 5,6% de la población ocupada, pero la tasa de los contratos con movilidad es más alta, hasta el 9,2%. Según las fuentes consultadas, eso se explica porque en el primer trimestre del año había poco trabajo en España. La industria registra un 13,6% de ocupación total, y exactamente la mitad de los contratos (6,8%) implicaron movilidad.

También es superior la tasa de hombres que tienen que trasladarse a otra provincia, con un 14,8% frente al 9,4% de las mujeres. En cuanto a la edad, la mayoría se sitúa entre los 25 y los 34 años, con un 14,1%, y le sigue el tramo comprendido entre los 35 y los 44 años, con un 12,8%.

Los economistas alertan desde el inicio de la crisis de dos factores que califican de preocupantes. Por un lado, la cantidad de jóvenes cualificados que se van a trabajar a otros países y, por otro, el avance del empleo temporal, ya que un mismo trabajador puede firmar varios contratos a lo largo del año y unos pueden ser en la región y otros no -el estudio no distingue tipos de contratación.

El análisis sostenido en los datos del Servicio Público de Empleo (paro y contratos registrados) indica que seis regiones recibieron más trabajadores de los que perdieron. Madrid encabezó la lista, con un saldo positivo de 37.532 contratos, y le siguieron Andalucía (7.531), Murcia (4.146), País Vasco (2.624), Baleares (1.651) y Navarra (1.492). Otras once comunidades tuvieron un saldo migratorio negativo. Castilla-La Mancha se situó en primer lugar, (16.443), seguida de Castilla y León (7.469), Aragón (6.569), Extremadura (5.963), La Rioja (4.298), Galicia (4.186), Cantabria (3.553), Asturias (2.781), C. Valenciana (2.260), Cataluña (1.621) y Canarias (344).