El importante gasto que para la flota pesquera representa el combustible –en torno al 30% de los costes de explotación de un barco–, así como el constante encarecimiento del gasóleo está en el origen de buen número de las iniciativas de I+D+i que promueven la Administración y la patronal pesquera desde hace unos años. Una de ellas fue presentada hace solo unos días a la flota viguesa.

Se trata del proyecto "Shymgen", promovido por la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) y desarrollado por la empresa de desarrollos tecnológicos Vicusdt con financiación de la administración autonómica y participación de las empresas Emenasa y Chuscomar y la Escuela de Ingenieros Industriales de la Universidad de Vigo con el objetivo de reducir el consumo de combustible con un sistema que mejora la eficiencia del motor del barco, tal como señaló Jorge Romón, responsable del departamento de I+D de Arvi.

Romón precisó para argumentar la novedad del sistema que "los barcos con la denominada hélice de paso variable tienen conectada al motor la propulsión del barco y a su vez la energía eléctrica". Para proporcionar esa energía eléctrica "tienen que funcionar a unas revoluciones constantes y modifican la velocidad del barco variando la geometría de las palas de la hélice".

Tal sistema presenta ventajas e inconvenientes. "La ventaja respecto de un barco sin este sistema es que el que no lo tenga tiene que tener otro motor para proporcionar energía eléctrica y la desventaja es que el motor debe girar a unas revoluciones constantes sin poder variarlas", asegura. Ahora, el sistema desarrollado en el proyecto Shymgen "permite tener el sistema de hélice de paso variable y a la vez reducir el régimen de revoluciones, con lo cual se puede reducir el consumo hasta un 10%", precisa el responsable del área de investigación de la cooperativa de armadores viguesa.

Los pesqueros que operan con hélice de paso variable serían todos de más de 25 metros, arrastreros y atuneros. De hecho, el sistema ha sido probado durante tres campañas de funcionamiento continuo en el arrastrero de Gran Sol "Punta Vixía" y la experiencia se saldó con éxito reconocido por el armador, Alfonso Iglesias. Así, se constató una reducción del 10% en el consumo de combustible.

Además del ahorro, se destaca también la reducción de emisiones contaminantes y vibraciones a bordo, así como el "confort" de la tripulación. Otra ventaja, en palabras de Romón, es que "de todos los proyectos de eficiencia energética a bordo que hemos desarrollado éste es el único que no depende del uso que la tripulación haga del barco porque es un equipo que haga lo que haga la tripulación, va a ahorrar combustible".

La instalación del sistema representa un coste de entre 50.000 y 60.000 euros, aunque, según precisó Jorge Romón "con el ahorro de combustible que proporciona, se amortiza en un año y medio y siempre en menos de dos años".

Asimismo, la implantación de tal sistema es susceptible de incluirse en la reciente convocatoria de ayudas abierta por la Xunta para la mejora de eficiencia energética que concluye este mismo mes de julio y la subvención alcanza el 40% del coste de la instalación.