Tui se ha convertido en las últimas horas en referencia indiscutible para el baloncesto de formación. El Campus Joe Arlauckas organizó un clínic para entrenadores en el que la visita de Zeljko Obradovic acaparó todos los focos. La amistad que une al entrenador más laureado de Europa con el ex jugador y organizador del evento fue determinante para tan magnífica oportunidad de conocer una pequeña parte de la filosofía del Rey Midas del baloncesto continental.

Uno de los trece afortunados jugadores que tuvieron el privilegio de completar un entrenamiento a las órdenes del gurú serbio fue Guido Villamil. El pívot del Xuven también tuvo tiempo para empezar a nutrir su bagaje como entrenador escuchando previamente las charlas de entrenadores como Pepe Laso, Pepe Casal, Antonio Carrillo o Carlos Vaqueiro en una jornada muy enriquecedora que culminó vistiéndose de corto para ponerse a las órdenes ni más ni menos que de Obradovic.

"Cuando supe del clínic en Tui llamé directamente a la organización para prestarme a colaborar en lo que fuera posible. Me dijeron que estaban buscando jugadores para las demostraciones en pista de Obradovic y no lo dudé. Entrenar un rato con el mejor entrenador de Europa es una oportunidad que no podía dejar escapar", comentó el pívot hispano-argentino.

En el propio vestuario se encontró con jugadores con los que compartió competición durante la temporada pasada tanto en Primera Autonómica, vistiendo la camiseta del Sigaltec BBC, como en LEB Plata con el Xuven. La emoción de poder recibir las órdenes del ocho veces campeón de la Euroliga era una sensación compartida entre todos los que se vistieron de corto.

La técnica y la táctica individual comprendieron el hilo argumental de una lección magistral del actual entrenador del Fenerbahce de Estambul. Su énfasis en los pequeños detalles fue una de las conclusiones extraídas por Villamil, "uno puede esperar que un entrenador de este nivel te diga algo distinto a lo que te dicen tus entrenadores cada día, pero no es así. La diferencia más grande que yo noté está en el cuidado de los detalles y en la calidad de la ejecución de las cosas".

El pívot del Xuven recibió incluso consejos individualizados de Obradovic durante algunos momentos de la sesión. "Nada más verte coger el balón y hacer un par de movimientos ya veía cosas que te podía corregir. A mí me insistió en atacar siempre el aro cada vez que tenía el balón en los ejercicios de uno contra uno. Son cosas que te inciden siempre desde que eres un jugador de minibasket y que un entrenador de tanta jerarquía te demuestra que son básicas para poder ser mejor jugador".

La privilegiada experiencia de Guido Villamil en Tui también le dejó marcados algunos aspectos de la personalidad como líder del considerado mejor entrenador de Europa. "Nos dejó claro que en el baloncesto de élite no se trata de imponer sino de convencer al grupo. Nos dijo que trata de ser un entrenador que no se cierra en sus ideas, sino que tiene en cuenta los puntos de vista de los jugadores a la hora de tomar decisiones sobre aspectos del juego para preparar cada partido".

Obradovic hizo referencia a cuestiones que durante esta temporada en la Euroliga le crearon algunos conflictos con su equipo. Por ejemplo el como resolver la defensa de los bloqueos directos de Sergio Rodríguez en el play-off contra el Real Madrid. Su línea metodológica partía de una idea que él planteaba, pero que se iba enriqueciendo de los matices que le planteaban sus propios jugadores. "Nos dejó claro que el objetivo era llegar a un punto de acuerdo compartido por jugadores y entrenador. Una idea con la que todos fueran a muerte y así responsabilizar aún más al jugador de cuestiones que pasaran en la cancha. Nos insistió en que la clave está en creer en lo que se hace y por eso hablaba mucho con sus jugadores dentro y fuera de la pista".

Más de un centenar de entrenadores, muchos de ellos llegados desde Portugal, escucharon con atención todos y cada una de las recomendaciones que Obradovic mencionó sobre el juego. La ovación con la que le premiaron nada más terminar su charla se convirtió en una mezcla de agradecimiento y admiración a un técnico que también fue un excelente base del Partizán de Belgrado en su etapa de jugador y que, ya en los banquillos, ha quedado campeón de Europa con hasta cuatro equipos diferentes.

"Me quedaron ganas al terminar de preguntarle un par de cosas, pero todo la gente se abalanzó para hacerse fotos con él y ya me fue imposible. Al menos me llevo una grata experiencia y muchas pequeñas cosas aprendidas", exclamó un Guido Villamil agradecido por la oportunidad que le dio la organización del clínic Joe Arlauckas.