Un grupo enfervorizado de aficionados jaleó a Fernando Alonso instantes después de que terminase con el mejor tiempo del día. La prudencia dice que ésa no será la tónica del año. En jornadas de entrenamientos, el cronómetro suele ser mentiroso. Las cargas de gasolina, la elección de neumáticos, las pruebas que haya hecho cada equipo... Son muchos los factores que pueden influir, y que poco tienen que ver con una carrera. Sin embargo, el buen cronómetro de Alonso sirve para relanzar el ánimo de la afición, algo frenada por el aviso de que el año no será precisamente de vino y rosas. Según los ánimos que recibió, tal parecía el máximo candidato al título.

"No tengo por qué frenar el optimismo de la gente". El asturiano no se ve legitimado para quitar la ilusión a nadie. Será el tiempo el que dicte sentencia. "Si empiezo a rondar los puestos bajos, o pasan tres carreras y hago tres octavos, todo el mundo ser dará cuenta de que no hay nada que hacer". Mientras tanto, no da demasiada relevancia a su mejor cronómetro de ayer. "Puede haber sido cosa de los neumáticos, que algunos hayan puesto un tipo de gomas por la mañana y que otros lo hayamos hecho por la tarde". Vagamente, Alonso da algunas de las claves de su gran día. Lo hizo primero a través de un comunicado de su escudería y más tarde, de viva voz en la instalación portátil del equipo francés. Del primer contacto con el Renault, que tendrá poco que ver con el que pruebe a partir del lunes en Valencia, salió "contento", porque "esperaba más problemas en la conducción". No se extendió demasiado en cuestiones técnicas y pronto acudió a sus clásicas frases con doble intención. "Estoy encantado de volver, de ver a la gente, de conocer otras cosas que han mejorado y de estar en una escudería en la que se come muy bien». Golpe directo a McLaren, que no se ganó precisamente fama ofrecer las mejores viandas al ovetense la temporada pasada".

Se trata de olvidar los malos tragos de 2007, y por eso Alonso es certero cuando se le pregunta por su nuevo compañero, Nelsinho Piquet. "Llevo muchos años en esto y nunca he tenido problemas con el otro piloto. Mantengo contacto con todos y puedo decir que son mis amigos, así que no veo por qué tiene que pasar nada". Su curiosa aportación al casco, con dos naipes -los ases de tréboles y corazones- en la parte trasera, tuvo explicación. Fue la idea ganadora de una propuesta entre sus amigos. "¿Póquer de títulos? Ojalá se agotaran los ases de la baraja y pudiera retirarme con cuatro campeonatos", aventuró.