El Club Deportivo Lalín ganó ayer por la mínima la "final" disputada ante el Domaio sobre la hierba sintética del Manuel Anxo Cortizo. El solitario y balsámico tanto conseguido por Albertito a los 23 minutos de partido aleja un poco más a los rojinegros del descenso tras deshacerse de un rival directo por la permanencia. Dezanos y moañeses jugaron un partido muy intenso donde el miedo a perder pudo a ambas escuadras durante buena parte de la contienda.

El Lalín afrontó la contienda con la lección aprendida de agruparse en defensa para recuperar balones y salir al contragolpe. El 4-2-3-1 ordenado por Tamayo pronto dio sus frutos ante un Domaio que no rehusó la concesión local. Yemba por dos veces y Manu Rego se aproximaron lo suficiente a los dominios de Cristian como para que la escuadra de Rodrigo Martínez se viera obligada a tomar precauciones en su zaga. El equipo moañés también tuvo su oportunidad, pero Michi acertó a desviar un balón que se envenenó en su trayectoria.

Estrategia

La victoria rojinegra llegó a balón parado. Un saque de esquina ejecutado por Dani Reboredo fue rematado por Albertito, que entró en carrera por el carril central de la defensa rival para cabecear con saña al fondo de la red, y llevar el delirio a la numerosa parroquia que ayer poblaba la grada del Cortizo sintético. El tanto dio tranquilidad a un Lalín que se limitó a dejar pasar los minutos hasta el descanso ante un Domaio que puso mucho empeño por igualar la contienda, pero sin éxito.

El dibujo del Lalín cambió en la reanudación. Los rojinegros jugaron toda la segunda parte con un 4-1-4-1, introduciendo a Ayaso como pivote por delante de la defensa para ahogar las acometidas de los visitantes, sobre todo, en las jugadas de segundos balones. La táctica le salió bien a los lalinistas, que consiguieron trasladar la pelea al zona central del terreno de juego. El Domaio se vio forzado a colgar balones sobre el área de Michi aprovechando las dimensiones del campo lalinense, pero nunca consiguió inquietar al portero local. La colegiada viguesa Elena Casal anuló un tanto visitante por claro fuera de juego de Adrián, en la más clara ocasión morracense. Mientras tanto, Brais, que había entrado en la segunda parte por Maceiro, hizo valer su velocidad en un par de acciones llegando hasta la línea de fondo con pase la muerte incluido, que sin embargo no encontró rematador. Los minutos fueron transcurriendo hasta un reconfortante pitido final para los de casa, que ahora marcan el descenso en la tabla tras superar al Domaio.