Trece años después de que la Corporación de Cangas decidiera entregar al Sergas el solar de 1.757 metros cuadrados en O Viso para construir un centro de salud que dé servicio a los vecinos de O Hío y Aldán, en la finca no se ha levantado ni el primer ladrillo, pero sí alberga restos de otras obras. La mayoría, dicen los vecinos, proceden del ensanche y urbanización del tramo de carretera hasta Igrexario y de otras actuaciones cuyos promotores aprovechan la “escombrera” como solución más rápida y económica. Los colectivos sociales de la parroquia denuncian la situación y responsabilizan a quienes depositan los residuos, pero también a las administraciones que lo permiten.
Trozos de la antigua capa de asfalto, aros de tuberías de fibrocemento, baldosas, malla de alambre de los cierres retranqueados, además de plásticos, cristales y envases ocupan buena parte de la finca y restan espacio a la vegetación. La Diputación y el Concello, argumentan los representantes vecinales, son los promotores del ensanche y mejora de la EP-1005 que ejecutó la empresa Marconsa y parte de cuyos escombros generados fueron depositados en el solar de O Viso que fue transferido a la Xunta. De este modo, “todos tienen parte de culpa, por acción u omisión”, señalan representantes vecinales, que han denunciado los hechos en varias ocasiones, pero hasta ahora solo han “recibido largas” de quienes deben solucionarlo.
Los afectados insisten en que el problema se resuelve “con voluntad y responsabilidad”, pues no se precisan grandes medios para retirar los escombros, colocar carteles avisando de que está prohibido verter y multando a los infractores.