Tras las tres primeras selectivas etapas de la 75 Vuelta a España, que han servido para dejar claras las aspiraciones de la mayoría en la pelea por la 'roja', llega la primera etapa llana (cuesta abajo) de la carrera a la que con toda seguridad se sumará un incómodo invitado, como es el habitual cierzo en el valle del Ebro.

Ni un solo puerto de montaña, y con una altimetría claramente en descenso, el itinerario de la cuarta etapa entre la soriana Garray-Numancia y la zaragozana Ejea de los Caballeros, con 194 kilómetros, se presenta claramente favorable a los intereses de los velocistas presentes en el pelotón. Será una de las escasas oportunidades que tendrán este 2020 en la Vuelta.