El corredor eslovaco Peter Sagan es sin ninguna duda un deportista especial. Nadie queda indiferente ante el carácter de la super estrella del Bora Hansgrohe, que el pasado miércoles en la decimoséptima etapa de la Vuelta a España, volvió a ser el centro de todos los flashes. No le hace falta ni siquiera ganar para ser uno de los grandes nombres del pelotón. Todo el mundo habla sobre él.

El eslovaco llegó en el grupo de los sprinters a la subida del Monte Oiz. Las duras rampas del final de la etapa fueron el escenario perfecto para que Sagan deleitara al público presente. El corredor de 28 años realizó un técnico caballito para admiración de los aficionados. Con la rueda delantera en el aire, Sagan soltó el manillar y, sin manos, recorrió varios metros que la afición no dudó en grabar con sus teléfonos móviles.

No es la primera vez que Sagan tira de malabarismos que maravillan a los aficionados. En el Tour de Francia también dejó su sello en la subida al Alpe d'Huez, donde además de realizar un caballito saludó a los aficionados. Nada nuevo, en la trayectoria del corredor eslovaco. Puro espectáculo.