Las «catacumbas de Arcos», el único cementerio de Galicia que creció bajo tierra
Los siempre discretos y silenciosos cementerios cambian totalmente su carácter en torno a los días de Todos los Santos y Difuntos. Pero hay algunos camposantos que por sus peculiaridades se han convertido en puntos de interés, incluso en atractivos turísticos, más allá de esas fechas. Entre estas necrópolis singulares que cada vez atraen a más visitantes se encuentra una única en Galicia: las «catacumbas de Arcos»
«Non temos datos porque é un cemiterio parroquial aberto, pero hai moita xente que pregunta por el e sabemos que ten visitas, cada vez máis. Especialmente polo Samaín ou Halloween pero tamén porque está cerca dunha ruta de sendeirismo ‘máxica’», explica Manuel Martínez Sayar, técnico de Turismo de Cuntis.
Ante la iglesia de San Breixo se extiende un camposanto tradicional que rodea al atrio. Pero frente al templo llaman la atención dos escalinatas que se hunden cinco metros bajo tierra para conducir a un cementerio subterráneo, el único en nuestra comunidad.
Iñaki Abella / Pedro Fernández
Catacumbas por necesidad
Esta peculiaridad se debió a la urgencia de los vecinos de Arcos de Furcos de ampliar su camposanto. En uno de los momentos más duros de la posguerra española, el cementerio tras la iglesia se quedó pequeño. 1946 fue el «año del hambre»: las malas cosechas causaron una escasez de comida que, unida a la crisis alimentaria de los primeros años de la dictadura franquista, acrecentó notablemente la mortalidad. Por entonces, esta pequeña parroquia cuntiense duplicaba su población actual.
Atrio e iglesia de San Breixo de Arcos de Furcos con las escaleras que conducen al cementerio subterráneo. / Iñaki Abella
Ante la imposibilidad de ganar más espacio en superficie, los parroquianos optaron por crecer bajo tierra. A cinco metros de profundidad. La obra supuso un enorme esfuerzo que se estiró cinco años: excavar, picar piedra, retirar toneladas de tierra y trasladar desde una cantera próxima todo el granito necesario para erigir los nuevos columbarios. Y todo ello pagado de sus mermados bolsillos.
Nacieron así las «catacumbas de Arcos», unas galerías que acogen unos 60 columbarios y 245 nichos y que constituyen una joya antropológica: son testimonio de la adaptación al medio y al principio de funcionalidad propios de la arquitectura popular gallega.
Desciende a las «catacumbas de Arcos» a través de esta galería.
Nichos en el interior de las «catacumbas de Arcos». / Iñaki Abella
Otras sorpresas en superficie: restos de un antiguo monasterio
Las «catacumbas» no son la única sorpresa que guarda San Breixo de Arcos de Furcos. En el muro que rodea al templo se hallan vestigios de un monasterio desaparecido, el de Arcos, del que se tienen referencias documentales desde el siglo IX al XV.
Son tres relieves de un antiguo baldaquino, de factura gótica, dipuestos sobre un altar y en los que se representa el nacimiento de Jesús, la adoración de los Reyes Magos y el descendimiento de la crucifixión.
A sus pies, llama la atención una gran pila bautismal de corte románico.
Relieves en el atrio de la iglesia de San Breixo de Arcos de Furcos que rodean a un altar y que proceden, probablemente, de un baldaquino del siglo XV. / Iñaki Abella
Al lado de una ruta «mágica»
Este cementerio único en Galicia se halla al pie de una ruta «mágica». «É o roteiro da Lagoa de Zo e do castro de Arcos, que ten mámoas, petróglifos… moito patrimonio e tamén o encanto do rural», explica Manuel Martínez.
El sendero, de tipo circular, está señalizado y tiene una longitud de ocho kilómetros. En su recorrido se pueden encontrar parajes tan hermosos como la conocida «Eira dos Mouros», donde se halla la Lagoa de Zo, una laguna estacional - que alterna períodos secos con otros de encharcamiento- rodeada de leyendas sobre estos seres mitológicos gallegos.
El trazado de la senda incluye yacimientos arqueológicos como túmulos y el castro de Arcos, desde cuya altitud se pueden divisar los valles de Cuntis y Vea, las tierras de Tabeirós, el Pico Sacro e incluso la ría de Arousa.
«Sabemos que moita xente que fai esta ruta ‘máxica’ acaba baixando ata a igrexa de San Breixo, e alí aproveita para coñecer o cemiterio», relata el técnico de Turismo.
¿Cómo llegar?
Desde el casco urbano de Cuntis hay que tomar la N-640 en dirección A Estrada durante 3,5 kilómetros. A esa altura se llega a un cruce con una desviación a la derecha señalizada con el panel «Arcos de Furcos». Se continúa por esa pista (la EP-8404) durante 1,5 kilómetros hasta llegar a la iglesia de San Breixo. Se puede aparcar en las inmediaciones del templo.
¿Qué horario tiene?
Como cementerio parroquial, es de acceso público y se puede visitar cualquier día de la semana. Sin embargo, estas «catacumbas» no son accesibles para personas con movilidad reducida o con dificultades ya que tan solo se puede acceder a ellas bajando unas escaleras.
Otros cementerios singulares de Galicia
El cementerio antiguo de Santa Mariña de Dozo en Cambasdos. / Iñaki Abella
En los últimos años ha cobrado adeptos un tipo de turismo centrado en los camposantos, impulsado por la Ruta Europea de los Cementerios y la Asociación de Cementerios Singulares de Europa (ASCE), que invita a aproximarse a estos recintos con una mirada histórica y patrimonial, poniendo en valor su belleza y la espectacularidad de algunos de sus panteones y tumbas, que constituyen auténticas obras de arte.
Pórtico de entrada al cementerio de San Francisco en Ourense. / Fernando Casanova
En esta ruta se hallan 19 cementerios españoles, dos de ellos en Galicia: el de San Amaro en A Coruña y el de San Froilán en Lugo. A ellos se suman otras tres necrópolis que han logrado el reconocimiento de la ASCE: Santa Mariña de Dozo en Cambados, el Cementerio de los Ingleses en Camariñas y el de San Francisco en Ourense.