El puente colgante que une Asturias y Galicia: dos aldeas paradas en el tiempo y rodeadas de naturaleza virgen

Este puente sirve de entrada a uno de los espacios naturales mejor conservados de la península

Para acceder a este pueblo debes cruzar un puente colgante sobre un río.

Para acceder a este pueblo debes cruzar un puente colgante sobre un río. / Guía Turismo Asturias

Galicia y Asturias están unidas por muchos motivos. Ya sea su tradición, su amor por la gastronomía o por contar con algunos de los mejores espacios naturales de España, ambas comunidades parecen tener una esencia similar.

Otro aspecto que une a las dos regiones es que se han convertido en la elección fetiche de muchos viajeros. Y es que cada vez son más los que huyen del calor del sur buscando las playas y el clima del norte.

Pero este lugar vincula físicamente Asturias y Galicia y es la puerta de acceso a uno de los espacios naturales mejor conservados de España: el puente colgante que une Riodeporcos (Ibias, Asturias) con O Vilar de Cuíña (Fonsagrada, Lugo).

Un pueblo aislado y un parque natural

Esta pasarela de más de 80 metros, suspendida sobre el río Navia, es la única entrada a Riodeporcos, una pequeña localidad en la parroquia de Sena. Esta parroquia perteneciente al municipio de Ibias, está a unos 280 metros de altitud en un paraje natural muy especial.

Riodeporcos cuenta con dos particularidades: su arquitectura y su ubicación. Esta localidad conserva algunos de los mejores ejemplos de la arquitectura tradicional de la zona, como la Capilla de San Roque, rodeada de casas de piedra y frondosas parras.

La aldea se ubica en la entrada del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, uno de los espacios naturales mejor conservados de la península, con bosques antiguos, rutas de osos y a pocos kilómetros del desfiladero de Bustelín, todo un espectáculo geológico único. Del lado gallego, podrás disfrutar de las ancestrales montañas de A Fonsagrada.

Cuando decimos que el pueblo está aislado, no es ninguna exageración, la alternativa para llegar a este pueblo es una pista forestal de 6 kilómetros, desde Sena. El camino desde O Vilar de Cuíña es el acceso más directo y una oportunidad para disfrutar de un paseo espectacular.

Los viajeros que se apunten a esta ruta no se decepcionarán. El paseo en entre casas de piedra y bosques milenarios nos hace pensar que el tiempo se ha detenido y nos permite alejarnos del ruido y las prisas de nuestro día a día.

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