Ruta por cinco espectaculares parajes gallegos que deberían ser Patrimonio Mundial de la UNESCO
Con motivo del Día Internacional del Patrimonio Mundial, seleccionamos cinco candidatos de nuestro litoral a unirse a la prestigiosa lista de Naciones Unidas

Cinco espectaculares parajes gallegos que deberían ser Patrimonio Mundial de la UNESCO
Diego G. Carballo
El 16 de noviembre se celebró el Día Internacional del Patrimonio Mundial, que conmemora la preservación de lugares, culturas y tradiciones del mundo a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
España es el quinto país con más entradas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, con 50, de las cuales cuatro se encuentran en Galicia: el Casco Vello de Santiago de Compostela –incorporada en 1985, la primera de nuestra CCAA–, el Camino de Santiago –en 1993–, la muralla de Lugo –en el 2000– y la más reciente, la Torre de Hércules en A Coruña –2009–.
Actualmente, la Ribeira Sacra es una de las candidatas a unirse a estas cuatro joyas del patrimonio gallego en la lista de la UNESCO, gracias a su incomparable belleza. Sin embargo, Galicia posee tantas joyas merecedoras de unirse a la lista que pensamos en cinco más que deberían tener su propia candidatura.
Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia
Las islas que componen el archipiélago de las Illas Atlánticas de Galicia ofrecen algunas de las más espectaculares visiones de belleza virgen y pura que podemos encontrar a este lado del océano Atlántico. Está compuesto por las islas Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada, extendiendo su rocoso muro protector frente a las Rías Baixas.
En ellas podemos encontrar la mejor playa del mundo, según el medio británico The Guardian: la playa de Rodas, en las islas Cíes. Un paraíso de aguas cristalinas, arena fina y un pinar que la protege desde la cual podemos ver casi toda la ría de Vigo.
Por su lado, Ons cierra la ría de Pontevedra y esconde un conjunto de cuevas marinas y naturaleza salvaje. Sálvora se puede ver al final de la ría de Arousa, casi formando un “puente” entre el extremo sur del Barbanza y el oeste de la península de O Grove. Y, por último, tenemos la salvaje Cortegada, situada frente al pueblo de Carril, dentro de la ría de Arousa, que tiene una de las mayores riquezas biológicas de Galicia.
No hay vehículos circulando por las islas, conservando su estado natural, y solo Ons tiene población permanente. La fauna de las islas es impresionante, hogar de especies de aves marinas como el cormorán moñudo, la gaviota patiamarilla o la pardela cenicienta. Su flora no es menos espectacular, con rarezas locales como la camarina, la xesta de Ons, los “paxariños” de la Linarea arenaria o las comunidades de algas pardas.
Las rías gallegas
La leyenda define a las rías gallegas como “la huella de los dedos de Dios que, después de crear el mundo, apoyó su mano aquí para descansar”. Y es que estas “intrusiones” del mar en la tierra gallega hacen que Galicia cuente con casi 1.500 kilómetros de costa. Desde las rías Altas a las Baixas, pasando por la Costa Ártabra y la Costa da Morte, son uno de los motores ecológicos, naturales y económicos de Galicia.
Las rías Baixas son quizá las más populares, gracias a su potencial turístico potenciado por las temperaturas agradables durante todo el año. Se componen de las rías de Muros e Noia, Arousa, Pontevedra y Vigo, y su costa encadena playas espectaculares, masas forestales impolutas, bulliciosos puertos y una industria pesquera que es el motor económico de la zona.
Las rías Altas se extienden desde Muros hasta la frontera con Asturias. Son rías más pequeñas, pero con no menos encanto. En la costa oeste de A Coruña encontramos la Costa da Morte, un tramo de litoral escarpado, bravo y rocoso –de ahí su nombre, ya que era cementerio de muchos barcos–, con acantilados, arenales y pequeñas rías –Corcubión, Camariñas y Corme e Laxe– con pueblos costeros desperdigados con encanto y naturaleza pesquera.
En el norte de A Coruña encontramos el Golfo Ártabro, que componen las rías de A Coruña, Betanzos, Ares y Ferrol, que se adentran en la tierra en forma de hoja. En sus costas encontramos un enorme asentamiento poblacional, liderado por las ciudades de A Coruña y Ferrol, con localidades como Sada, Betanzos, Ares, Mugardos o Narón, con espectaculares centros históricos.
Finalmente, encontramos el trecho de la costa norte de Lugo, conocido como las rías Altas, y que está compuesto por pequeñas rías: Cedeira, Ortigueira, O Barqueiro, Viveiro, Foz y Ribadeo. Las villas que se esparcen por su litoral han tenido siempre una arraigada tradición pesquera y portuaria, y sus costas dan lugar a playas espectaculares como la siguiente entrada en nuestra particular lista.
Playa de As Catedrais
Precisamente en las rías Altas, existe una de las playas más impresionantes de España y, probablemente, del mundo: la playa de As Catedrais. Un espectáculo visual que combina lo mejor de la costa gallega: escarpados acantilados con playas que han sido escarbadas durante siglos por la acción del mar, dando lugar a arcos de piedra naturales que dejan sin aliento a quienes los visitan.
Una vez baja la marea, un paseo a pie por la playa es suficiente para enamorarse del lugar, desde los arcos, columnas y muros de pizarra que parecen sujetar la costa cuales arbotantes a una iglesia a las vistas excepcionales del océano.
Macizo Central
En pleno Ourense, localizado entre los embalses de Chandrexa de Queixa y de Portas, se encuentra el Macizo Central, un hábitat natural apenas tocado por el hombre, casi sin población y con algunas de las vistas más increíbles del mundo. Este lugar también alberga la única estación de esquí de Galicia, Cabeza de Manzaneda.
Desde el valle del río Návea, pasando por el Parque Natural O Invernadeiro hasta el bosque de castaños centenarios Souto de Rozavales, la naturaleza y flora de la zona dejará sin aliento a cualquiera que la visite. Las montañas y valles se envuelven en niebla y nubes para dar una imagen salida de otro mundo.
La poca acción humana sobre la zona también hace que se conserven grandes cantidades de ecosistemas de transición, que son perfectos para el lobo y sus presas: el corzo, el ciervo y jabalí. Un trecho de naturaleza salvaje en Galicia.
Dunas de Corrubedo
Finalmente llegamos al complejo dunar de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vixán, más comúnmente conocido como las Dunas de Corrubedo. Situado entre las rías de Arousa y Muros e Noia, este parque natural de casi 1.000 hectáreas comprende las dunas, la playa de Corrubedo y las lagunas de Vixán –de agua dulce– y Carregal –salada–.
Su principal atractivo es la enorme duna móvil de más de un kilómetro de longitud, que en los meses de invierno puede alcanzar los 20 metros de altura. Mide unos 250 metros de ancho. Además, en la zona encontramos preciosas marismas y zonas húmedas de elevada riqueza ecológica centradas en las lagunas antes mencionadas.
La fauna local también es destacable, siendo el hogar de unas 3.000 aves acuáticas, entre las que se incluyen cercetas, zarapitos, patos-cuchara, correlimos o chorlitejos, así como nutrias.
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