Ourense, una ciudad para ver, vivir... y para comérsela

Rutas para conocer la capital en uno a tres días; descubrir su huella románica, modernista, barroca; bañarse a la luz de las estrellas o comer pulpo, lo que más piden los turistas

Amanecer en Ourense, en una imagen de archivo.

Amanecer en Ourense, en una imagen de archivo. / Brais Lorenzo

R. O.

Hacer un recorrido de más de 20 siglos, recorriendo los puentes que surcan el Miño en la ciudad. Conocer su legado románico, o el modernista. “Bañarse a la luz de la estrellas”, en las termas. Disfrutar de un atardecer como lo hicieron hace miles de años los celtas desde Santomé, o “descubrir los colores del paraíso” en la catedral. Son solo algunas de las rutas activas para aquellos que, tras visitar la ciudad, deciden quedarse para ver y vivirla un poco más, y honrar al rey gastronómico de todo turista: el pulpo.

Cómo conocer los enclaves básicos de la ciudad de Ourense en uno, dos o en tres días, para los que deciden quedarse un poco más. Esa es la oferta base que ofrece la Oficina de Turismo del Concello de Ourense, para aquellos que, durante todo el año, llegan en buen número a la ciudad, al coincidir los turistas de tránsito a Santiago, con los que llegan en AVE y en poco más de dos horas al casco urbano desde Madrid lo que ha disparado el flujo de visitantes ya desde este invierno.

El Pórtico del Paraíso, una joya del arte sacra en la Catedral de Ourense.

El Pórtico del Paraíso, una joya del arte sacra en la Catedral de Ourense. / BRAIS LORENZO

Cuando uno recorre cada día por inercia la ciudad, no siempre repara en su legado, pero los rincones y rutas para conocerla son muchas y variadas. La Oficina de Turismo ha diseñado una oferta tan diversa en contenidos, como emotiva, que invita a conocer esos itinerarios rápidos para los que van con prisa, o a disfrutar de los diez “imprescindibles”, diez lugares en clave poética, para abandonarse a una ciudad que ofrece historia, naturaleza y gastronomía.

En ese decálogo se incluye una visita para conocer “las ninfas de As Burgas” y las fuentes del mismo nombre que habitaron; el segundo imprescindible es “contar los puentes sobre el Miño”, y con ellos la historia de Ourense, pues son puentes separados por 2.000 años, desde el Romano, que es símbolo de la ciudad y data del siglo I después de Cristo, al del Milenio, que se inauguró en septiembre de 2001.

Vista desde el aire del Miño y los puentes de Ourense.

Vista desde el aire del Miño y los puentes de Ourense. / BRAIS LORENZO

Otro de los diez “imprescindibles” es “perderte en un laberinto de piedra e historia”, una invitación a adentrarse en callejuelas y plazas escondidas.

Bajo el epígrafe “bañarte a la luz de la estrellas”, animan al visitante a disfrutar de una ruta alternativa que permite ver las estrellas en horario nocturno mientras se dan un baño en agua termal, aunque algunas están temporalmente cerradas por la crecida del río Miño.

Dos usuarios de las termas públicas.

Dos usuarios de las termas públicas. / BRAIS LORENZO

El Ourense “para comérselo” ofrece en este decálogo realizado por los técnicos de Turismo la posibilidad de “brindar con uno de los vinos más antiguos del mundo”, el Ribeiro.

El punto 7 de los 10 imprescindibles en Ourense, invita a “probar el auténtico y mejor pulpo a la gallega” en su recinto ferial, o en las pulperías con su receta única. Para los que decidan conocer la ciudad en invierno, también como propuesta “indispensable” para conocer la ciudad, proponen, "dar rienda suelta a la imaginación en el Entroido”, algo que, superada la pandemia, ha vuelto a tener una estupenda respuesta, con lleno invernal de hoteles y restaurantes.

Un recorrido “por un Ourense de piedra y su pasado milenario en el que te esperan la ciudad romana, medieval, barroca, modernista”

Además, “ver el atardecer desde un poblado castrexo”, el de Santomé, otro desconocido para la mayoría de los ourensanos, es el otro imprescindible. El punto 10 del decálogo, este ya más subjetivo, pero no menos lúdico: “sacar tú lado rockero” dice, y disfrutar de la ciudad en la que nació uno de sus grupos más seguidos de España en ese género, “Los Suaves”.

Visita guiada al castro de Santomé.

Visita guiada al castro de Santomé. / INAKI OSORIO

La Oficina de Turismo del Concello de Ourense, ha trazado, una muy variada oferta que pueda consultarse en su página, y se puede contar también con un elenco de guías profesionales de empresas especializadas, que saben emocionar a los visitantes con su mezcla de erudición y anecdotarios sobre la historia local, toda una oferta de rutas para conocer la ciudad, que no se paran en los tópicos del Puente Romano, As Burgas y el Santo Cristo, que son ya solo actores secundarios de unas rutas que sorprenderían hasta a los propios ourensanos.

En ese recorrido “por un Ourense de piedra y su pasado milenario en el que te esperan la ciudad romana, medieval, barroca, modernista”, indican, está de hecho esa ruta del románico, que trae a curiosos e historiadores de toda España, porque la provincia es una de las que tienen un mayor legado.

Claustro de San Francisco, un Bien de Interés Cultural.

Claustro de San Francisco, un Bien de Interés Cultural. / INAKI OSORIO

Pero tambien sin salir de la ciudad, se puede disfrutar del románico de la Catedral Basílica de San Martiño o el antiguo Palacio Episcopal y en pequeñas iglesias del perímetro rural de la ciudad.

El gótico merece una visita única y detenida al claustro de San Francisco, joya del gótico gallego. Además, no solo del modernismo catalán puede disfrutar el turista. Ourense, aunque en un nivel más modesto, tiene una ruta del modernismo con bellos ejemplos firmados por Vázquez Gulías o Queralt entre otros.

La Casa Taboada, joya del modernismo en Ourense, obra de Vázquez-Gulías.

La Casa Taboada, joya del modernismo en Ourense, obra de Vázquez-Gulías. / BRAIS LORENZO

Paseos por las riberas; rutas de compras y por las citas gastronómicas. Ourense es y da más de lo que se ve. Hay que venir y vivirlo.

“Todos nos piden pulpo; es un atractivo turístico más”

En ese Ourense “para comérselo”, el gastronómico, que los turistas alaban y divulgan allá a donde van, está el rey de la mesa, el que piden todos los visitantes: el pulpo a la gallega.

“No hay nadie a quien no le guste, y podemos decir que es un reclamo turístico de primer orden; nos lo piden personas de todas las edades y de las más distintas nacionalidades”, asegura José González, gerente de restaurante Atarazana.

Este local, ubicado en la Rúa dos Fornos, 11, en la zona de “los vinos”, núcleo del tapeo de vecinos y de los visitantes que llegan a la ciudad, es un referente, junto con sus variados y cuidados menús y tapas. "Lo que más nos pide el visitante es el pulpo y las zamburiñas, pero especialmente el pulpo, el número uno” subraya José González.

El pulpo, un clásico en el Restaurante Atarazana.   | // FERNANDO CASANOVA

El pulpo, un clásico en el Restaurante Atarazana. / FERNANDO CASANOVA

“Incluso en días de calor como los que estamos viviendo, tenemos que mantener en el menú un plato de cuchara que es el de pulpo con habas, porque los clientes lo reclaman. El pulpo gana siempre, y en cualquier estación”.

La forma de prepararlo en la provincia es única y el visitante lo nota. "Recuerdo un viaje a Madrid en el que pedí pulpo a la gallega y antes de servirlo lo llevaron al microondas. Nada que ver; aquí el producto se prepara cada día y se corta y sirve al momento, lo que hace que no haya nadie a quien no le guste. De todas las nacionalidades”, advierte José.

Pulpeiras en el campo de la feria de Ourense.

Pulpeiras y comensales en el campo de la feria de Ourense. / INAKI OSORIO

Cree que otro factor que influye es que, pese a la subida de precios, "se trata de un plato que casi siempre se sirve en un plato para compartir entre varias personas, se disfruta de un forma colectiva y eso es un atractivo más”.

Como curiosidad explica que “hasta a mi nieta que tiene poco más de un año le gusta el pulpo, y se lo damos bien picadito, y sin pimentón ni sal”.