Lo que hoy se conoce como Ruta da Pedra e da Auga existe desde hace siglos. Era, originariamente, un estrecho sendero a orillas del río Armenteira, que daba servicio a los más de 50 molinos fluviales que funcionaron en el pasado entre Barrantes y las proximidades del monasterio. Los Lunes de Pascua, además, cientos de personas subían por él para asistir a la popular romería das Cabezas. Es una de las muchas rutas de senderismo que se pueden realizar en Galicia.

Hoy, se ha convertido en una de las rutas de senderismo más conocidas y transitadas de Galicia. Le sobran atractivos para ello: desde los molinos, muchos de ellos reconstruidos, hasta un paisaje espectacular, que se hace especialmente bello en el tramo final del camino, cuando la ruta se interna en un sombrío y silencioso pasillo, por el que se camina sorteando las gruesas raíces de los árboles y resbaladiza piedras, mientras la mirada se deleita con innumerables y preciosos saltos de agua.

Dos ciclistas comen algo en el conjunto escultórico de la Aldea Labrega, ayer. | // NOÉ PARGA

El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contribuyó mucho a la fama de la Ruta da Pedra e da Auga fuera de O Salnés, gracias a sus paseos matinales, pero en la comarca arousana ya lleva más de una década atrayendo a gente como un poderoso imán.

El hecho de ser apta para toda la familia —excepto, quizás, un tramo central de un par de kilómetros—, la espectacularidad de sus paisajes y el hecho de finalizar en un lugar del atractivo de Armenteira lo han convertido en la joya del senderismo de O Salnés.

La Ruta da Pedra e da Auga en cuatro minutos y medio

La Ruta da Pedra e da Auga, en cuatro minutos y medio Anxo Martínez, Noé Parga

La Xunta de Galicia reeditó recientemente su guía de caminos de Galicia, en la cual recoge siete homologados en O Salnés: los de Adro Vello y Con Negro, en O Grove; el de Lobeira y Faro das Lúas, en Vilanova; el de A Chanca, entre Meis y Meaño; el de San Martiño, en Meis; y el del Umia, entre Cambados y Ribadumia. Todas son excelentes opciones para pasar unas horas en contacto con la naturaleza, pero ninguna tiene el pedigrí de la Ruta da Pedra e da Auga.

Un hombre corre por la Ruta da Pedra e da Auga, rumbo a la Aldea Labrega Noé Parga

Este itinerario mide seis kilómetros y medio, y une la rotonda de Os Castaños, en Barrantes, con el monasterio de Armenteira. Puede hacerse en ambos sentidos, pero la mayoría de la gente camina desde Barrantes, monte arriba.

En sus primeros kilómetros, el sendero no tiene ninguna dificultad, ya que es llano y ancho. Por ello, es un lugar al que suelen recurrir mucho las familias con niños para sus paseos de fin de semana.

Los molinos y el río son los grandes protagonistas de este sendero homologado Noé Parga

Pasados los enlaces de la Autovía do Salnés, la ruta se interna en el Concello de Meis. Se deja atrás la desembocadura del río San Martiño en el Armenteira, y poco después se llega al área recreativa de Serén, donde se mantienen en pie el merendero, un parque infantil y la Aldea Labrega, un conjunto de esculturas de piedra que recrean el antiguo rural gallego, y que es uno de los espacios más fotogénicos de esta primera parte de la ruta.

La ruta mide 6,5 kilómetros (solo ida), y se hace en unas dos horas y media

Acto seguido, se cruza el río por una pasarela de madera, y el camino empieza a ponerse exigente, con las primeras cuestas. Pero también es la parte más bonita. El bosque de ribera está compuesto de sauces, alisos, castaños, robles... Los más atentos también descubrirán docenas de curiosos animales, como un mirlo capaz de bucear o las cobras viperinas. Entre las plantas de menor porte, aparecen desde el “fento macho”, utilizado en el pasado para hacer remedios contra la soriasis, hasta el “fento femia”, que se quemaba para atraer la lluvia.

El río Armenteira, en la parte media de su curso Noé Parga

Tras cruzarse con una estrecha pista asfaltada, en las proximidades de la aldea Couso, la ruta ofrece dos alternativas: la derecha es más apta para quien vaya corriendo o en bicicleta, pues es más ancha; la izquierda, por su parte, es un regalo para los ojos y los oídos, ya que durante un par de kilómetros solo se escuchará el borboteo del agua y el canto de los pájaros, mientras se observan numerosas cascadas y remansos, así como varios molinos de cubo, una verdadera proeza técnica con sus canales aéreos.

Es el tramo más bonito y silvestre de la ruta, pero también el más peligroso, pues sobran los motivos para tropezar, y el más duro, con algunas cuestas de infarto.

Dos mujeres acceden al claustro del monasterio de Armenteira, tras pasar por delante de la fachada de la iglesia Noé Parga

El camino finaliza en Armenteira, la capital del turismo interior de O Salnés gracias a su monasterio románico, aún habitado por una comunidad de monjas. Es, además, una aldea con bastante animación, pues se ha convertido en parada habitual de peregrinos que recorren la Variante Espiritual, por lo que hay un par de bares y la posibilidad de encontrar alojamiento.