Mar, montaña, historia... todo ello en formato circular, para todos los públicos y sin salir de Vigo. Es la oferta de una de las rutas de senderismo que ofrece la olívica y cuya distinción de sendero azul se ha propuesto revalidar este año el Concello de Vigo.
Se trata del sendero del Monte de A Guía. Son apenas 6 kilómetros de recorrido a lo largo de los cuales se puede disfrutar de playas, magníficas vistas de la ría, parte de la historia naval de la ciudad, petroglifos, uno de los faros más antiguos de Galicia, el gran espacio desmilitarizado de la ETEA, la preciosa carballeira de A Guía o la emblemática ermita, desde donde se pueden tomar algunas de las mejores fotos de la Ría de Vigo. En definitiva: un buen plan de fin de semana para redescubrir los rincones naturales de Vigo.
ETEA
Dentro de este recorrido circular, en la zona más pegada al mar, se encuentra la Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada (ETEA), que abandonó su uso militar en 2002 y siete años después fue abierta por primera vez para su disfrute público. Una remodelación llevada a cabo en 2013 ha convertido estas antiguas instalaciones militares en una gran área recreativa.
Abierta de 8h a 22h, los visitantes pueden pasear entre algunos de sus edificios, recorrer el espigón o bañarse en las playas de Ríos y A Punta. La ETEA cuenta con un carril bici, una pista y un bowl de skate, un parque infantil, dos pistas deportivas y varias pérgolas para resguardarse del sol. El paseo que serpentea la orilla del mar lleva hasta Punta Areíño
Un paseo por las nubes: A Guía

Sobre su cima, a 126 metros de altura aproximadamente y a la que se llega a través de esta ruta de senderismo circular, se asienta una bella ermita, consagrada a Nuestra Señora de las Nieves, y diseñada por Manuel Gómez Román en 1951. Si se visita de tarde, se puede acceder al interior de la capilla y subir a su campanario tras abonar un euro. Las vistas desde semejante atalaya son simplemente impresionantes: se divisa toda la ría de Vigo, desde las Islas Cíes al puente de Rande, así como todo el núcleo urbano vigués.
Su posición privilegiada junto al mar hizo que, antiguamente, el monte de A Guía funcionase como un faro: era el lugar elegido por las esposas de los marineros vigueses para encender hogueras que les sirvieran de guía para volver al puerto.
El parque permite un agradable paseo con unas inmejorables vistas. Se pueden seguir distintos senderos que desembocan en la carretera principal, por la que sube un Via Crucis. En estos caminos se pueden apreciar los restos del castro que, siglos atrás, coronaba el monte.
Pegado al mar
En la franja litoral también se pueden contemplar los astilleros localizados entre pequeñas playas, como A Punta, Temoeiras y O Areíño, al lado del paseo. Destacan también los acantilados, entre Punta Areíño y la playa de A Lagoa (donde se emplaza un puerto deportivo) y las empresas auxiliares y astilleros (entre las playas de A Fábrica y A Manquiña).
A lo largo del recorrido circular también hay elementos de interés patrimonial, como el grabado rupestre de Gondosende "Pedra das Augas" o las antiguas ruinas militares.
Según subrayan desde la Concejalía de Turismo de Vigo, desde el punto de vista ambiental destacan los fondos marinos; representados por grandes bancos de arena en los que se trabaja el marisqueo de almeja y navaja, praderas de laminaria y zostera o las poblaciones de caballitos de mar. La costa rocosa entre Punta Areiño y la playa de A Lagoa que conservan, en la parte terrestre, hábitats y especies de gran valor como pequeños rodales de melojo (Quercus pyrenaica) o la mariposa arlequín (Zerynthia rumina), especie catalogada “En Peligro de Extinción”.