Belleza, 'milagros' de amor y dulces atrevidos en Portugal a la sombra de Oporto
A hora y media de Galicia, esta ciudad de postal lusa ofrece a los visitantes mucho más que su popular y concurrido parque acuático
En ella descansa el San Valentín portugués

Amarante, la ciudad del San Valentín de Portugal / Shutterstock

El amor en Portugal navega sobre el río Tâmega. Entre las Sierras de Marão y Aboboreira, a la sombra de Oporto y a escasos 90 minutos de los frontera con Galicia se oculta uno de los pueblos más románticos al otro lado del Miño. Un pequeño y tranquilo secreto alejado del bullicio de la ciudad 'invicta' donde descansa el San Valentín portugués.
Muchos la conocen por su parque acuático, pero Amarante esconde mucho más. Historia, naturaleza, arte, gastronomía y hasta un curioso y popular dulce cuya forma no pasa desapercibida para nadie.
La belleza de Amarante brilla a primera vista. Sus casas colgadas hacia el río Tâmega (el mayor afluente del Duero) y la majestuosa presencia del puente de São Gonçalo con la iglesia y el monasterio al fondo invitan a descubrirla. Y precisamente este santo, considerado el San Valentín portugués, le otorga su fama como ciudad del amor.
Su propio nombre parece una fusión de 'amor' y 'amante'. Pero es pura coincidencia. Aunque su origen es incierto, algunos historiadores atribuyen su fundación a un centurión romano llamado Amarantus.
En esta pequeña ciudad cercana a Galicia descansa el San Valentín de Portugal
Su fama romántica le viene por un santo que no es santo, sino beato: San Gonzalo. Es, junto a Santo António de Lisboa, el casamentero portugués. Pero no compiten entre ellos. La leyenda otorga al lisboeta ser el patrón del noviazgo y el matrimonio de los más jóvenes. Mientras que São Gonçalo se ocupa de interceder por aquellas personas que buscan el amor verdadero a edades más maduras.

Amarante, un viaje al San Valentín de Portugal / Shutterstock
Leyendas al margen, Amarante se convierte en una visita obligada para todas aquellas personas que viajan por la Región Norte de Portugal, donde hay al menos otros tres viajes icónicos que realizar más alla de Oporto. En ella los visitantes tendrán al menos cinco cosas imprescindibles que ver.
- Puente de São Gonçalo: De arquitectura civil y barroca que data del siglo XVIII y que da acceso al núcleo urbano de Amarante.
- Iglesia del convento de São Gonçalo: Se ubica justo a al atravesar el puente. En ella se ubica la tumba del santo, que muchos visitan cada año con la esperanza de encontar el amor de su vida.
- Solar dos Magalhães: Es uno de los símbolos de la resistencia de Amarante contra la invasión de las tropas de Napoleón.
- Parque do Ribeirinho: el espacio verde a orillas del río Tâmega es una de las zonas más bellas de Amarante para dar un paseo.
- Sierra de Marão: Para los visitantes que tengan más tiempo, otro imprescindible en Amarante es la sierra, desde donde se puede disfrutar de un espectacular paisaje.
Un dulce fálico y otras delicias de Amarante

Amarante, la ciudad del San Valentín de Portugal / Shutterstock
Como a lo largo y ancho de Portugal, en Amarante son también muy famosos sus dulces. Papos de Anjos, Brisas del Tâmega, Tocinos de Cielo, Gallofas... y el más llamativo: los fálicos "Colhões de São Gonçalo".
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