Los colores del mar de Portugal

Situada en el distrito de Aveiro, Ílhavo es lugar con historia y la cuna de auténticas obras de arte en porcelana, pues aquí tuvo su origen la Fábrica Vista Alegre, de donde salían las piezas consideradas como las más prestigiosas del mundo. Dotada de un paisaje inolvidable, es famosa por muchas razones, entre otras por sus playas, con Costa Nova como uno de sus referentes, inconfundible con sus "palheiros" llamativos. Los que antaño eran almacenes para guardar aparejos de pesca hoy son casas de veraneo llenas de encanto que miran al mar con sus fachadas pintadas a rayas de colores.

Durante el siglo XIX los pescadores de Ílhavo se fueron instalando en Costa Nova, pues la zona permitía un acceso al mar más seguro que en São Jacinto. Comenzó entonces la construcción de los "palheiros", almacenes y refugios de los hombres de mar y de los barcos que faenaban en la ría. Originalmente se levantaban a la manera de los palafitos, sobre estacas para evitar las subidas de las mareas.

De almacenes a llamativas casas

Con el paso de los años, algunos pescadores comenzaron a transformar los almacenes, adaptándolos para hacerlos habitables y poder acoger familias en la época de verano. A mediados del XIX Costa Nova ya era un destino de preferencia en los meses estivales por la burguesía local y nacional siguiendo la moda de "ir a banhos" en unas aguas que siempre tuvieron fama por su alto contenido en yodo.

Ovar, la ciudad de las 800 fachadas azulejadas

Al igual que la otra playa reputada de Ílhavo, la de A Barra, Costa Nova está certificada con Bandera Azul desde 1989 y es también "Praia Acessível, Praia para Todos" desde 2002.

Parada obligada en esta ruta es el Mercado do Peixe, uno de los pocos del país en el que se puede adquirir marisco cocinado en el momento con todas las garantías de calidad y frescura. El mercado es también un buen punto para apreciar la artesanía y las manualidades de Costa Nova, en especial los trabajos cerámicos y los encajes y ganchillo.

Con un papel fundamental en la historia de la pesca del bacalao y de la industria cerámica, Ílhavo, más que contar historias, permite sentirlas y vivirlas a través de sus espacios museológicos, entre ellos el Museo Marítimo, el barco museo "Santo André", el dedicado a la porcelana Vista Alegre, o la Casa Gafanhoa, que muestra una antigua casona típica de la región.