Playas refugio para días de sol y nortada: los búnkeres de Vigo y Pontevedra

Varios arenales del sur de Galicia están bien protegidos del aire fresco del norte como el que soplará este fin de semana

Vista de una de las playas de Pontevedra protegidas del viento del norte.

Vista de una de las playas de Pontevedra protegidas del viento del norte. / Gustavo Santos

Alberto Blanco

Alberto Blanco

Hace sol, estamos en verano, el termómetro del coche marca más de 30º y entran ganas de playa. Pero al abrir la puerta ese calorcito desaparece. Sobre todo en la costa. Era un espejismo. El día está frío. O más bien fresco. Algo no cuadra. La previsión meteorológica apunta a máximas de casi 25º en las Rías Baixas. Suficientes para tirarse en la arena. Pero la sensación térmica es otra. ¿Qué pasa? La respuesta está en el viento: sopla norte. "Este fin de semana no puede ser", te dices. Pero quizá hayas llegado a una conclusión errada. No puede ser en algunas playas, pero hay otras privilegiadas que podrían solucionarte la jornada playera. Son los búnkeres contra la nortada. Si sigues teniendo ganas de mar y arena, anota.

Sol, pero temperaturas suaves para esta época del año. Es la predicción meteorológica para el fin de semana en el sur de Galicia. Temperaturas mínimas de 16º pero 29º de máxima el sábado (Pontevedra). Sin embargo el viento del norte impedirá probablemente que sientas ese calor.

Pero el día de playa no tiene porque estar está perdido si sabes escoger bien. Y las rías gallegas son todo un privilegio en este tipo de jornadas. ¿Buscas una playa en la que no haga fresco? Apunta, porque mientras luzca el sol no tendrás que preocuparte del viento del norte en estos refugios.

Toralla

Vigo tiene muchas playas, pero pocas que se libren de la nortada. Sin embargo sí hay al menos una en la que este frío viento apenas se nota. Si hace sol, podrás estar tirado en la arena sin preocuparte del biruji. Se trata de las dos playas de la isla de Toralla. Particularmente la ubicada a la izquierda del puente en dirección a la isla. Eso sí, si vas en coche deberás dejarlo en O Vao. Los muros de las viviendas la protegen de este aire fresco.

Vista de las dos playas de la isla de Toralla, ambas protegidas del viento del Norte.

Vista de las dos playas de la isla de Toralla, ambas protegidas del viento del Norte. / Ricardo Grobas

Monteferro

En el área de Vigo, hacia el sur, hay otro enclave perfecto para poder tirarse en la playa los días soleados pero en los que hace pelete por el viento del norte. De hecho, hay una serie de calas más protegidas que las dos de Toralla. Monteferro es su guardián. Se trata de los arenales de Portocelo, Seixos Negros y Arribas Blancas.

Vista de una de las playas de Monteferro portegidas del viento del Norte.

Vista de una de las playas de Monteferro protegidas del viento del Norte. / Concello de Nigrán

O Morrazo

Al otro lado de la ría, en O Morrazo, todas las playas que miran hacia Vigo están protegidas de los vientos del norte. Pero su gran amplitud y la falta de una gran elevación a los pies de los arenales, como Barra, Limens o Nerga, impiden que el escudo contra la nortada sea siempre efectivo.

Vista de Area de Bon, en la ría de Aldán.

Vista de Area de Bon, en la ría de Aldán. / Turismo de Galicia

En Aldán, una buena opción es Area de Bon. Concretamente su extremo derecho que está orientado al sur y protegido del viento por una pequeña ladera y un pinar.

Ría de Pontevedra

En la ría de Pontevedra hay también varias alternativas para los días soleados con viento frío del norte. La gran mayoría en la zona de Poio y Sanxenxo, las zonas cuyas playas están orientadas hacia el sur.

Una de las mejores opciones es la playa de Area de Agra, cuyo arenal presume de doble protección contra el viento: un gran muro a pie de playa que frena el biruji del norte; y otro natural, al oeste, donde una elevación llena de árboles complementa el escudo protector contra la brisa del Atlántico.

Vista de la playa de Area de Agra.

Vista de la playa de Area de Agra. / Gustavo Santos

Aunque la ubicación de estos arenales puede llegar a frenar el frío del norte y abrir la puerta a un día de playa en una jornada fresca, los muros que las protegen tienen también una desventaja: el sol se irá mucho antes de que termine el día.