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En la nube

El príncipe que puso en jaque al dueño de Amazon

Los expertos advierten de la dificultad de evitar el espionaje digital y la ONU pide regulación tras el ataque del heredero al trono saudí al móvilde Jeff Bezos con un vídeo de Whatsapp

A la izquierda, el príncipe Mohammed bin Salman; a la derecha, el dueño de Amazon, Jeff Bezos. // Efe

Ni un magnate de la tecnología está a salvo de un ciberataque. El ejemplo vivo es Jeff Bezos, dueño de Amazon y de "The Washington Post" y la persona más rica del mundo. A través de un vídeo de Whatsapp el heredero al trono saudí, el príncipe Mohammed bin Salman (conocido como Mbs), infectó su móvil para chantajearlo. Su caso ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la sociedad digital y la dificultad para evitar el espionaje de las élites.

Expertos en seguridad internacional apuntan la clave del asunto: "El empresario más influyente del planeta está utilizando la misma tecnología -un iPhone X y Whatsapp- que todos nosotros utilizamos". A pesar de su poder aún tratan de analizar cómo piratearon su teléfono y si esto puede afectar a otras personas influyentes. El área de derechos humanos de la ONU pide investigar el asunto. El gobierno saudita considera las acusaciones "absurdas".

La historia comienza así: un magnate de la tecnología y un príncipe árabe se conocen un una reunión en Silicon Valley en 2017. Un año después coinciden en una cena e intercambian sus teléfonos. Esa misma noche se escriben. El 1 de mayo de 2018 el magnate recibe un vídeo por Whatsapp en el que aparecía una bandera saudí y otra sueca junto a un texto en árabe. A las pocas horas su iPhone X, considerado uno de los teléfonos más seguros del mercado, comienza a hacer cosas extrañas. Los hackers habían entrado en sus archivos y aplicaciones. Su teléfono comenzó a enviar información sin parar hasta registrarse salidas de datos de 4,6 gigas; 10.000 veces más de lo normal.

Un informe del FBI apuntó como responsable del ataque cibernético a Saud al Qahtani, un estrecho colaborador de Bin Salman. Utilizaron una herramienta de espionaje llamada Pegasus 3 diseñada por la empresa israelí NSO, conocida por sus prácticas poco lícitas. Hasta Facebook denunció a la compañía por usar su plataforma para mandar software malicioso. Bezos es una víctima más de esta tecnología. El motivo del ataque: que el diario del magnate cubriese de forma constante y tajante el escándalo del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, torturado y asfixiado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul (Turquía).

Cuatro semanas después del asesinato del periodista el príncipe le envió a Bezos una foto de una mujer que se parecía a su amante, Lauren Sanchez, y el siguiente mensaje: "Discutir con una mujer es como leer un acuerdo de licencia de software. Al final tienes que ignorarlo todo y clicar 'de acuerdo". La infidelidad del dueño de Amazon terminó siendo portada en los medios.

Los móviles actuales no están preparados para frenar los ciberataques. El virus que infectó el teléfono de Bezos es "casi imposible de rastrear y tiene la capacidad de autodestruirse, por lo que nunca es posible encontrar la fuente con un 100% de certeza", explica Agnes Callamard, una de las dos analistas de derechos humanos de la ONU que llevó el caso de Bezos. Cualquiera que posea los recursos para comprar la tecnología espía no encuentran ningún obstáculo para entrar en el teléfono de quien quiera. La ONU propone crear un marco regulatorio para evitar el uso malicioso de la tecnología.

Nadie, por mucho poder que tenga, se libra de un ataque así. El príncipe saudí se reunió con figuras como los magnates de los medios Oprah Winfrey o Michael Bloomberg. El fundador de Virgin, Richard Branson, también se comunicó por teléfono con el príncipe heredero. Hay miedo entre los grandes empresarios.

La conclusión a toda esta historia la tiene el propio afectado, Jeff Bezos: "Cada vez confío menos en mi teléfono".

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