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Mano dura para evitar que los robots se pasen de listos

La Unión Europea prepara medidas estrictas para el control de la inteligencia artificial en áreas de "alto riesgo" como la salud y Google ofrece su ayuda porque ve "necesaria" la "regulación"

Mano dura para evitar que los robots se pasen de listos

No tengo la menor duda de que la Inteligencia Artificial necesita ser regulada; es algo demasiado importante para no intervenir". Lo dice Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, una de las compañías que más experimenta con esta tecnología en auge. Admite que dotar de inteligencia a todos los aparatos puede tener "consecuencias negativas", pero se niega a "crear nuevas tecnologías" para que después otros decidan cómo usarlas. Su disposición a colaborar tiene explicación: la Unión Europea (UE) dispone ya de un borrador de normas -el llamado "libro blanco"- para regular la inteligencia artificial (IA, de sus siglas en inglés).

Las nuevas reglas europeas, que verán la luz en febrero, se centran en las aplicaciones de la IA "de alto riesgo"; aquellas que puedan suponer "riesgo de lesiones, muertes o daños materiales en el individuo". Preocupa sobre todo su implantación en el ámbito sanitario. El principal objetivo es proteger "la confianza y la seguridad de los ciudadanos", tal como recoge el borrador de la ley al que ha tenido acceso la agencia de noticias Bloomberg. Para ello, Europea se compromete a definir una estrategia con "forma humana".

Las claves del "libro blanco": la IA deberá ser segura, estar supervisada por personas, respetar la privacidad y evitar sesgos injustos en las decisiones tomadas por los sistemas. Además, la UE tiene claro que sus normas no deben frenar los avances en una materia estratégica para competir con Estados Unidos o China. Y ahí entra Google, dispuesta a colaborar.

"Al criarme en la India, me fascinaba la tecnología; ahora tengo el privilegio de contribuir a dar forma a tecnologías que cambiarán la vida de las personas en todo el mundo", explica el director de Google, Sundar Pichai, en un comunicado oficial en el que muestra su intención de ayudar porque "ninguna empresa o industria podrá hacer frente por sí sola" a los desafíos de la IA. Le preocupa a Pichai lo que llama "falsificaciones profundas": vídeos y audios manipulados artificialmente, pero de gran realismo.

Google quiere ser "útil" y "lidiar con las inevitables tensiones" con Europa. En resumen: mejor amigos que enemigos. Porque la compañía ya trabaja con Inteligencia Artificial en su buscador o su altavoz para el hogar (Google Home). Y va más allá: desarrolla proyectos para ayudar a los médicos a detectar con mayor precisión el cáncer de mama; predecir la lluvia de forma hiperlocal o reducir los retrasos de los vuelos del Grupo Lufthansa. Si bien asegura que nunca utilizarán la IA para sistemas de vigilancia masiva, como ocurre en China.

Reconocimiento facial

El uso de sistemas de reconocimiento facial en espacios públicos también está en el foco europeo. Sugieren prohibir su uso durante varios años para que dé tiempo a evaluar sus riesgos. Pretende que, de entrada, los gobiernos asignen autoridades para supervisar su aplicación en el futuro.

En Estados Unidos también trabajan en ese ámbito y el Gobierno ha publicado los diez principios que se deben cumplir en materia de inteligencia artificial. Sus claves: confianza pública en la IA y participación ciudadana en la elaboración de normas, flexibilidad en el enfoque, integridad científica, evaluación de los riesgos de su implantación, divulgación de todos sus usos, protección de datos del ciudadano y coordinación entre las agencias federales para abordar culquier eventualidad.

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