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La gran catarata de Galicia

El concello coruñés de Toques es el que cuenta con más territorio dentro de la Red Natura 2000. Por eso el paisaje es uno de sus grandes valores, con espacios tan hermosos como la Fervenza das Brañas

La hermosa Fervenza das Brañas junto al molino tradicional. // turismo.gal

Forma parte de la comarca de Terra de Melide, junto con los concellos de Sobrado, Santiso y el propio Melide. Toques destaca por sus paisajes, su naturaleza, sus ríos, bosques y montes donde se localiza una rica y variada flora y fauna. El cuarenta por ciento de su territorio está incluido en la Red Natura 2000, por eso goza de hermosos rincones que deben conocerse sin prisa. Uno de ellos es el conjunto de fervenza y molinos situado en la parroquia de Brañas, que pueden apreciarse desde un espectacular mirador. El sendero PR G 166 conduce a este enclave a través de un interesante recorrido lleno de espacios con encanto.

La senda va inicialmente paralela al río Furelos, llana en su primera parte, bajo la sombra de hermosos castaños hasta llegar a Paradela y Eirexe. En este tramo existe una variante del recorrido principal que conduce por una zona más agreste hasta llegar al antiguo molino y la caída de agua de más de treinta metros de altura.En esta ZEPVN (Zona de Especial Protección dos Valores Naturais) existen endemismos como la Santolina melidensis, un pequeño y exclusivo arbusto de flores amarillas.

A partir de la cascada comienza el tramo de montaña por la Serra do Careón donde se divisa el valle que forma el río Furelos y se adentra en un espacio natural único. Después de llegar a la aldea de Prados el camino desciende hacia el río Furelos de manera que el trazado se cierra sobre sí mismo haciéndose circular. El PR-G 166 conecta con el PR-G 167 y el PR-G 168 permitiendo combinar los recorridos.

Además de sus valores naturales, Toques cuenta con un amplio patrimonio construido, tanto civil como religioso. La iglesia de Santa Eufemia do Monte conserva elementos de su traza románica, además de un hermoso cruceiro en el atrio. Por su parte, el antiguo cenobio benedictino de San Antolín mantiene la iglesia románica de una sola nave, de la que destaca, entre otros elementos, el ábside de planta rectangular. El exterior está rematado po curiosos arcos semicirculares adosados, en algunos tramos con motivos vegetales. Aunque la primera referencia que se conserva es del año 1067, se trata de una construcción muy anterior, posiblemente del siglo X.

Que estas tierras de Toques están habitadas desde hace miles de años lo atestiguan hallazgos como el dolmen de Forno dos Mouros, uno de los mejor conservados de Galicia, en la aldea de A Moruxosa, asociado a numerosas leyendas de tesoros y encantamientos.

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