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El remedio para la crisis española

Los Planetas y Niño de Elche se unen para llevar a una nueva dimensión piezas emblemáticas de la cultura y la historia nacional

Los Planetas, en una foto promocional.

La exhumación de Franco, las revueltas en Cataluña, la corrupción política, las cuartas elecciones en un año... En este contexto coyuntural se entiende la aparición de este proyecto de Los Planetas con Niño de Elche bautizado sin complejos Fuerza Nueva y que según Jota es el disco más experimental del grupo de Granada. Una afirmación nada gratuita porque el iconoclasta cantaor y la emblemática formación indie forman un equipo muy homogéneo.

Pero esto tampoco debe extrañar después de que el artista alicantino provocara un terremoto en el flamenco con el trabajo que publicó en 2017 con el grupo de postrock Toundra conocido como Exquirla.

Esta nueva fusión de Niño de Elche con otro emblema generacional parece querer desmitificar todos esos himnos, emblemas, símbolos y nacionalismos que actúan como un cáncer en cualquier sociedad y que tanto gustan en España. De entrada, ese diseño de Javier Aramburu en el que juega con la portada del "Unknown pleasures" de Joy Division -para muchos el mejor disco de la historia- y la geografía española capta el interés de amantes de las vanguardias. La obra empieza con "Santo Dios", una versión de la canción popular en la que se basó Blas Infante, padre de la patria andaluza, para componer su himno, pero que abandona su espiritualidad para convertirse en un ejercicio de noise expresionista lleno de opulencia guitarrera que desarma desde el inicio. Más perplejidad provoca el villancico flamenco "Los campanilleros", donde Niño de Elche recita con la solemnidad de Enrique Morente en el "Omega" con Lagartija Nick. Una comparación obvia, lo reconozco, pero inevitable.

Otro canto religioso, "Mariana", interpretado como palo flamenco con distorsión shoegaze, crea una simbiosis insólita de significados inimaginables. En una línea asequible se sitúa la saeta "La cruz", que recrea el Viernes Santo a golpe de guitarras y sintetizadores psicodélicos. Y, para finalizar, dos auténticas medicinas para la revoltosa actualidad española. La primera es una versión del himno de la patria catalana, "Canción para los obreros de Seat", que incita a la clase trabajadora a levantarse ante la burguesía catalana que tanto alienta el nacionalismo. Y el segundo, ese emblema de la legión, "El novio de la muerte", convertido en un hermoso himno fraternal ausente de cualquier marcialidad.

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