Crítica de 'Hasta siempre, hijo mío': Historias de la Historia

Al diseñar una medida, los efectos matemáticos parecen cuantificables. Estimar los cualitativos es más complejo, pero a veces un ejemplo bien contado, explicado con emoción, cuidado y sensibilidad y con un deseo absoluto por narrar desde lo esencial del ser humano, basta para comprender hasta dónde pueden llegar. Ese es uno de los hallazgos más valiosos de "Hasta siempre, hijo mío", una película sobre la Historia a partir de las historias de dos parejas de amigos que pierden su relación tras la muerte de uno de sus vástagos. El destino, en forma de la política de hijo único, marcará sus vidas mientras décadas de cambios en el país se suceden sin que perdamos de vista lo que importa.