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Emilio Aragón: "La vida merece la pena ser vivida con coraje"

El polifacético artista regresa al circo después de casi 40 años - Dirige "Circlassica", que hace parada en Vigo del 3 al 6 de octubre

Emilio Aragón, en una imagen reciente. // Cedida

Emilio Aragón (La Habana, 1959) ya no es "Milikito", aunque podría. La vitalidad del que fuera el rey del entretenimiento en televisión con veintipocos años permanece intacta. Estos días está inmerso en la organización de un nuevo concierto de Acción contra el Hambre, en un nuevo proyecto musical y en otro de contenido infantil. Ah, y en su tercera película. Y, por si fuera poco, también se encuentra de gira con "Circlassica", espectáculo con el que ha reexplorado sus orígenes casi 40 años después. El que fuera médico de todos los españoles sigue siendo igual de polifacético. Él, sin embargo, le resta importancia: "Me organizo muy bien".

-¿El mundo del circo necesitaba a Emilio_Aragón por su 250 aniversario?

-En absoluto, el circo goza de buenísima salud. Somos los artistas los que necesitamos de él. Afortunadamente, vivimos un renacimiento. Hay talento joven que lo está reinventando.

-Después de tantas idas y venidas, ¿cómo es posible que el circo haya sobrevivido habiendo surgido múltiples nuevas vías de entretenimiento?

-Porque el circo tiene ese halo mágico que no tiene competencia. Rescata y da voz a ese niño que todos tenemos silenciado debajo de nuestras preocupaciones de adultos.

-Realmente, ¿es el mayor espectáculo del mundo como se solía decir o ese discurso ya ha quedado desfasado?

-Creo que la expresión se refiere a la magia y a la capacidad que tiene el circo de hacernos soñar. En eso sigue siendo muy grande.

-Continúa sirviendo como antídoto contra todo el ruido exterior, desde luego.

-Cualquier expresión artística lo es. Pero sí, sin duda el circo logra emocionar a todos por igual.

-¿El sentido del humor goza de buena salud en España?

-El sentido del humor de una persona es un indicador de su capacidad de encajar los golpes que la vida nos da. Poderse reír de uno mismo nos sana. Pero cada uno sabe dónde está su límite.

-Lleva toda una vida haciendo cosas sin parar, sin embargo, tenía miedo de enfrentarse a la dirección de "Circlassica". Si mal no recuerdo, rehuyó del asunto durante casi un año y medio.

-"Circlassica" suponía un viaje más allá de lo profesional y necesité tiempo para decidirme. Ahora solo puedo estar agradecido al viaje y a los compañeros de viaje: Manuel, Rafa, María y toda la maravillosa compañía. He recibido más de lo que he podido dar.

-Para encontrar nuestro camino quizá sea necesario atravesar nuestros miedos.

-Estoy de acuerdo, la vida merece la pena ser vivida con coraje.

-¿A soñar se aprende?

-No exactamente. Creo que todos tenemos la capacidad de soñar, pero la vida, en ocasiones, nos vuelve más realistas, serios y preocupados. Es entonces cuando algunos tienen más suerte y siguen pudiendo soñar.

-Creció rodeado de payasos, acróbatas y trapecistas. Tras casi 40 años sin pisar una carpa, vuelve a sus orígenes. ¿La infancia es uno de esos lugares a los que siempre hay que regresar?

-Curiosamente, por culpa de mi padre, viví rodeado de cámaras, luces y decorados de televisión. Mi padre comenzó a hacer televisión en 1949. Él trasladó mucha de la magia del circo a la pequeña pantalla. Y sí, la infancia es una etapa que conviene revisitar de adulto para terminar de colocar. Tanto si se ha tratado de un infancia feliz o no tan feliz. En el primer caso para seguir agradecido a la vida y en el segundo para curar las heridas.

-Me imagino que se habrá reunido con su padre a cada paso, en cada esquina.

-Mi padre me acompaña cada día en mi corazón y en mi pensamiento. Obviamente, en una carpa de circo todavía más. Le he tenido muy presente en todo el proceso.

-El hilo conductor del espectáculo es la historia de amor de un payaso y una bailarina, inspirados en sus bisabuelos, el Gran Pepino y Virginia Foureaux. ¿Qué significa para usted la familia?

-No se trata de hacer una defensa a ultranza de la familia o de los orígenes desde un lugar arrogante. Mi acercamiento a la familia y mis antecesores es desde una mirada respetuosa a su talento, agradecida a su mirada abierta ante la vida. Es fruto de la conciencia que hoy, como adulto, tengo de lo difícil que es tejer redes de afecto y respeto.

-¿La saga artística de la familia Aragón continúa?

-El talento no se circunscribe a las sagas. Todos tenemos talentos y es bueno explorarlos y jugarlos. Lo que mis nietos quieran hacer en la vida solo quiero respetarlo y apoyarlo.

-La suya es una carrera imparable. Ha tocado todos los campos. Da la sensación de que ha vivido más vidas que nadie.

-Pues quizás sea sólo eso, una sensación, porque, aunque es cierto que soy una persona inquieta, también lo es que mi vida es muy normal y tranquila. Ahora disfruto de una abuelidad maravillosa.

-No es fácil seguirle la pista. ¿Es posible crear una identidad de cara el público siendo tan polifacético y estando en todas partes?

-Honestamente, no me cuesta hacer todo lo que hago porque es un oficio, una vocación que me hace feliz. Un oficio que requiere, como cualquier otro, dedicación, respeto y cariño. Me encanta la palabra oficio.

-Para hacer todo lo que ha hecho e inmiscuirse en tantos mundos diferentes debe de ser una persona con mucha confianza en sí misma.

-En absoluto, soy muy inseguro, pero muy tenaz. El papel en blanco me asusta y me reta a partes iguales. Pero siempre elijo atravesar el miedo porque sé que después llego a un lugar mejor.

-Pero por encima de todo se considera músico. De hecho, en 2019 ha sacado nuevo disco, aunque bajo el pseudónimo de Bebo San Juan.

-Sí, es mi canal más natural. Me considero músico en mi manera de entender y de observar la vida.

-Empezó muy pronto, siendo muy joven, pero en usted siguen despertándose nuevas inquietudes. Con 60 años muchas personas piensan -y desean- la jubilación. Es una especie de barco a contracorriente.

-Creo que las personas quieren jubilarse cuando no disfrutan en su trabajo y quieren dedicar su tiempo a lo que les hace felices. En mi caso tengo la enorme suerte de trabajar en lo que me gusta y me hace feliz, así que me encantará poder hacerlo mucho tiempo. _En mi profesión conozco a muchos compañeros que tienen la misma suerte.

-¿Sigue teniendo cosas que contar?

-Mientras esté trabajando en proyectos nuevos, seguiré queriendo compartirlos con el público. Espero que las fuerzas y la ilusión me sigan acompañando muchos años.

"Circlassica"Un homenaje a los 250 años del circo moderno

En 1768, el sargento Philip Astley adquirió un terreno y construyó una pista circular en la que montó un show de acrobacias a caballo para ganar dinero. Es considerado el padre del circo moderno. De la mano de Emilio Aragón, representante de una de las sagas familiares circenses por excelencia, Productores de Sonrisas ha querido rendir homenaje con "Circlassica" al 250 aniversario del circo. Después del éxito cosechado las pasadas Navidades en Madrid con un total de 185.000 espectadores, sale de gira y hace escala en el Teatro Afundación de Vigo del 3 al 6 de octubre.

En "Circlassica", Nim, un joven payaso bonachón e ingenuo, al que le gusta pintar, sueña y suspira por el corazón de Margot, la bailarina de la obra. Ambos personajes están inspirados en Gabriel Aragón (1830-1915) y Virginia Foureaux (1850-1930), que juntos iniciaron la dinastía más famosa de payasos españoles: la popular familia Aragón. Aquí, su bisnieto dirige a 30 artistas llegados de diferentes partes del mundo, bajo una puesta de escena, un atrezo y un montaje que recuerdan la elegancia de los circos clásicos. De hecho, durante el espectáculo, los asistentes pueden descubrir la historia del circo en imágenes proyectadas.

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