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La laguna del mar

El Espacio Natural de Traba, en el concello de Laxe, formado por la playa, el cordón dunar y el humedal, es uno de los conjuntos medioambientales más interesantes de Galicia

La laguna del mar

Está declarado Espacio Natural Protegido de la Laguna y Dunas de Traba. Además está dentro de la Red Natura 2000, y fue también reconocido como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). La geografía se extiende por una playa de casi dos kilómetros de largo entre la Punta de Arnado y la Punta de Traba, un cordón dunar y una laguna natural. Este patrimonio forma uno de los humedales costeros más importantes de Galicia.

Sus aguas desembocan en el mar a través de un estrecho canal natural junto al que discurren las pasarelas para observar el lago, y pocos lugares acogen tanta biodiversidad como la aquí existente. La playa de Traba, de belleza salvaje, la laguna, las dunas, la vegetación, regatos, bosques y rocas componen un conjunto único, al que se suma el propio patrimonio parroquial.

El humedal es una auténtica reserva ornitológica. A la variedad de aves se suma una flora rica y variada que completa un cuadro sin igual, tanto paisajístico como ambiental. El proceso de formación de la laguna se inició a partir de un entrante costero en el que desembocan el Rego de Vao y el río Traba. Después se fue cerrando la bahía primitiva y acumulando agua dulce.

Alrededor se encuentra el cordón de dunas, cuyo origen se remonta a miles de años atrás. La fuerza del mar durante los temporales fue depositando la arena en la parte alta de la playa, un proceso que aún continúa hoy, pues este paisaje siempre está en movimiento hacia el interior. En la laguna invernan zarapitos, avetoros o negrones, entre otros, y en la arena crece la legendaria "herba de namorar".

Y si este paisaje de leyenda -dicen que aquí está sumergida la ciudad de Valverde- merece una visita en cualquier época del año, también su patrimonio, visible en joyas como la iglesia de Santiago, que por su portada bien podría ser una catedral en miniatura. El templo conserva su traza románica, aunque con el tiempo fue experimentando reformas. En el exterior destaca su fachada-retablo con columnas salomónicas, la figura de Santiago ecuestre en una hornacina y, superpuesta, la imagen de la Virgen subiendo al cielo con el Padre Santo recibiéndola. En los laterales se sitúan las figuras de San Pedro y San Francisco y, bajo ellas, Adán y Eva.

Rodeando todo el valle se alzan los escarpados Penedos deTraba, formados por A Pena dos Mouros, Pena Forcada, O Castelo y Torre da Moa que, con las caprichosas formas de sus rocas, guardan misterios del pasado.

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