Es un pez singular, como otros planos. Tienen los ojos en el mismo lado de su cuerpo y son poco dados a moverse, puesto que pasan gran parte de su vida tumbados en los fondos arenosos, de ahí su nombre de "bentónicos". Tienen un color oscuro en la parte superior y claro en la inferior debido a razones de camuflaje y mimetismo. Le rinden honores en localidades como Catoira O Rianxo, donde tiene fiesta y se puede apreciar la calidad de este manjar llamado solla.
Puede superar los cincuenta centímetros de longitud. Su color es grisáceo y pardo oscuro en el dorso con unas características manchas anaranjadas. La parte trasera, como todos los de la familia, es blanca. Se puede hacer al horno, a la plancha o frita y de todas las maneras resulta agradable al paladar. La Pleuronectes platessa es un pescado blanco sin grasa, con apenas ochenta calorías por cien gramos de ración. Está emparentado con los rapantes, las acedías y los lenguados; entre sus nutrientes se encuentran vitaminas B3, B9, B12 y C y minerales como el potasio o el yodo.
Uno de los manjares que se extrae del río Ulla es la solla, una especie que desde hace cinco años cuenta con fiesta con nombre propio en el municipio rianxeiro. La parroquia de Leiro celebra cada verano un día de exaltación de este pescado plano singular por su sabor y textura, sea cocida o frita. La Asociación Solleiros do Ulla, con la colaboración del Concello, la comisión de fiestas do Carme de Leiro y el Furancho A Veliña, llevan semanas trabajando para que la edición sea un éxito. Mañana es el gran día, en el que no faltará la música o el churrasco para los que prefieran carne.
Otro lugar donde se ensalza la solla es en Catoira, al tiempo que se rinde devoción a San Antón. Además de la fiesta religiosa se promociona el producto gastronómico, un pescado muy apreciado en la zona. Y lo hace desde 1977 en el lugar habitual, Fonte Gaiteira, donde además del componente gastronómico hay música y otros platos típicos como empanada o mejillones. Tampoco falta la verbena. Aunque en este caso es el segundo sábado de cada mes de julio. Vecinos y visitantes pudieron comprobar el pasado día 13 de julio esta exquisitez culinaria preparada de forma tradicional, es decir, frita con unto.
La solla puede habitar tanto en el río como en el mar hasta los cien metros de profundidad, aunque su fondo habitual se sitúa entre 10 y 30 metros. Puede llegar a vivir unos dieciséis años y alcanzar catorce kilos de peso. Antiguamente, en zonas de Galicia se dejaba secar y se podía consumir a lo largo de todo el año.
