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Sandía, frescor estival

Una de las frutas más refrescantes del verano es un alimento milenario que aporta numerosos beneficios

La sandía es una de las frutas más refrescantes y apreciadas del verano // FDV

E s la reina del verano, sin duda. Una de las frutas más sanas y ligeras, con el plus de frescor y dulzura que tiene. La sandía está en su punto óptimo de sazón a lo largo de todo el estío (de junio a agosto y, a veces, mayo y septiembre) y es uno de los frutos con menor contenido calórico, debido a que el 93 por ciento de su pulpa está formada por agua. Pero acompañada de nutrientes y sustancias beneficiosas que la convierten en una buena aliada para la salud.

Se trata de un alimento milenario cuyo origen se sitúa en África tropical. Su cultivo se remonta a unos 3.500 años en el valle del Nilo, tal y como demuestran los jeroglíficos y las esculturas halladas en el antiguo Egipto. Pronto se extendió por el mundo y se adaptó a los climas. Los griegos antiguos le dieron el nombre de pepon y médicos como Hipócrates y Dioscórides celebraban sus numerosas propiedades curativas. La prescribían como diurético y recomendaban paliar los golpes de calor poniendo la corteza fresca y húmeda en la frente.

Los árabes también eran grandes consumidores de esta fruta a la que otorgaban propiedades desintoxicantes. Los europeos llevaron la sandía a América, donde su cultivo se difundió por todo el continente. Del fruto de la sandiera -Citrullus lanatus- existen más de cincuenta variedades, clasificadas en función de su forma, el color de la piel, el peso o el periodo de maduración.

Una de las primeras pistas sobre sus propiedades la da el color rojo de la pulpa debido al licopeno, el mismo carotenoide que hace recomendable el tomate. Este antioxidante posee también efectos antiinflamatorios. Entre las bondades de la sandía destaca igualmente su bajo aporte calórico y su contenido en vitaminas y minerales como sodio, potasio o magnesio. Se trata de una fruta que puede disfrutarse a cualquier hora del día y es buen acompañante de numerosos platos.

En la cocina despliega todas sus cualidades y permite añadirla a ensaladas o a postres, sola o acompañada de otras frutas, en bebidas refrescantes, helados, macedonias, cócteles, sorbetes y zumos. Incluso mermeladas y fruta confitada o en pinchos saludables. Su elevado aporte de agua la convierte en un potente hidratante.

Para saber si la sandía está madura hay varios trucos. Uno clásico es darle una palmada para que suene a "hueco"? Otra es fijarse en la marca que ha estado en contacto con la tierra, que debe ser amarillo pálido. Y si pesa, es que está en sazón.

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