Los colores forman parte importante en cualquier estilo decorativo y las gamas de los grises y los blancos son algunos de los tonos que remiten al glamour francés. Uno de sus mejores representantes es el decorador Jean-Louis Deniot, bien conocido por sus sofisticados interiores con muebles contemporáneos y piezas con historia, entre las que nunca falta una buena chimenea.
El decorador parisino tiene proyectos en todo el mundo, incluida una casa adosada de 20 habitaciones recientemente terminada en el Upper East Side de Manhattan. Actualmente está trabajando en un palacio de mármol blanco en la India, así como en residencias en Hong Kong, Moscú y Los Ángeles. La elegancia de Deniot se extiende más allá de los interiores y alcanza al diseño de muebles. Su segunda colección de 40 piezas para Baker se lanzará en octubre en High Point Market. Su libro, "Jean-Louis Deniot: Interiors", (editado por Rizzoli), enseña sus propias casas en todo el mundo, incluida una mansión campestre en el sur de Francia.
Deniot se mueve en ese universo que mezcla piezas únicas y exclusivas, como las grandes antigüedades y muebles de ediciones limitadas. El creador defiende que no todo es dinero a la hora de decorar una casa. A veces ese toque chic es cuestión de un simple detalle tan sencillo como la textura de una pared pintada o la tonalidad de unas molduras. Para Deniot los interiores elegantes pueden crearse a partir de algo bastante discreto, elementos que permiten conseguir ese yo no sé qué de los apartamentos parisinos, con sus suelos de mármol o de viejas maderas colocadas en espiga, que a nadie en su sano juicio se le ocurriría sustituir por unas modernas tablas de tarima. Otros de los elementos clave para conseguir una decoración francesa son los grandes espejos con molduras. Si se dispone de una chimenea y se puedes colocar sobre ella, el efecto será aún más espectacular. Una buena cómoda vintage clásica tampoco puede faltar en el salón.
