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La fraga encantada

El río Anllóns moldea un mágico paisaje a golpe de piedra y agua a su paso por Verdes, en el corazón de Bergantiños. Un bosque atlántico en el que perdura la arquitectura tradicional

La fraga encantada

Coristanco es un auténtico vergel de Bergantiños, pincelado constantemente por el verde que cubre montes, valles y prados. Uno de sus lugares más visitados lleva precisamente el nombre de su color predominante. En la parroquia bergantiñán de Verdes el río Anllóns se precipita en rápidos y cascadas obligado por las rocas que hay a lo largo del cauce que, junto a la vegetación, conforma un cuadro de singular belleza.

Los remansos entre pequeñas islas y playas fluviales permiten disfrutar también de refrescantes baños en verano. El importante número de molinos restaurados existentes en la zona son reflejo de la cantidad de maíz y trigo que antaño se recogía en este valle fértil.

Puentes de madera y piedra cruzan los saltos de agua entre loureiros, carballos, salgueiros y otras clases de árboles que crecen en estas tierras de Bergantiños. Caminando por las márgenes del río Anllóns -dentro del Refuxio de Verdes- se encuentran senderos que llevan a conocer hermosos "recunchos", así como a contemplar la gran cantidad de "muíños" de piedra existentes. Por algo la comarca fue antaño "granero de Galicia".

En este pequeño edén se percibe una sensación de armonía con la naturaleza, pincelada de numerosos colores según las estaciones y donde el agua y el bosque mantienen su dominio. Además de ser lugar de esparcimento -hay un generoso espacio con mesas y barbacoas-, aquí es posible realizar varias rutas. Una de ellas, de escasa dificultad y de unos seis kilómetros de longitud, parte del Refuxio para seguir el curso del río por la margen izquierda hasta Pontedona. Desde allí, siguiendo el antiguo camino, se sube a Vilaverde para continuar por una pista hasta el lugar de Cereo Vello, donde hubo casa hidalga, lo mismo que en Verdes con su pazo da Ponte.

El concello encierra otros atractivos, como el bosque mixto de Braña Rubia, a orillas de la laguna de Alcaián.En torno a este acuífero restos paleolíticos atestiguan un antiguo poblamiento, confirmado por los castros y las mámoas existentes. El humedal pertenece a la parroquia de Seavia, donde destaca el tamaño de su templo parroquial, testimonio de su adscripción a un antiguo monasterio benedictino. El origen medieval de la iglesia de San Mamede se observa en los canecillos románicos de los muros laterales y en los rosetones. En el recorrido por este concello verde también es notable la iglesia de Santa Baia de Castro, de magnífico barroco.

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