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La vida sin Lagerfeld

Virginie Viard recobra el espíritu de Chanel en la nueva colección de alta costura para el invierno

para la noche.

En Chanel la vida sigue sin Karl Lagerfeld. La "maison" ha pasado la dura prueba de fuego de celebrar el primer desfile de alta costura sin el "kaiser" al frente. Virginie Viard, su sucesora, ha salido airosa de la prueba, con el espectacular montaje realizado en el Grand Palais de París y con cambio en el estilismo de la marca, tal vez más femenino y cercano al espíritu de Coco.

Viard, durante tres décadas la colaboradora más cercana de Lagerfeld, se decantó por prendas de líneas sencillas, con detalles destacados. El escenario representaba una gran biblioteca por la que desfilaron las modelos de forma majestuosa, con un aire que recordaba a las antiguas institutrices.

El desfile de la colección Alta Costura otoño-invierno 2019-2020 comenzó arrancó con abrigos rectilíneos en tweed, el tejido que la fundadora Coco Chanel impuso en sus trajes en el siglo XX y que Lagerfeld retomó acortándolos y ajustándolos. El estampado del clásico tejido dibuja líneas en zigzag o va completamente en negro, prescindiendo de accesorios y detalles añadidos, solamente un pulcro cuello mao, una cadena de grandes botones hasta los pies y un par de cortes en la falda para permitir el paso. Poco a poco, la colección se fue suavizando, también con un chaqueta ajustada, corta y marcada en la cintura, acompañada de unos pantalones tipo palazzo. Viard ha introducido más color, más vestidos con vuelo y mucho más romanticismo.

Llamaron la atención las flores en 3D decorando chaquetas para conseguir más volumen. No hace falta ser un lince de la moda para darse cuenta de que vestidos de noche como el de terciopelo rojo con falda plisada aparecerán en los próximos meses en las alfombras rojas.

Otro de los méritos de Viard es incorporar el tweed a diseños modernos. En conclusión, la nueva diseñadora ha pasado con nota la prueba de fuego. Tomar el testigo de Lagerfeld no es una tarea sencilla. Seguro que, desde donde esté, al "kaiser" se le escapa alguna que otra sonrisa.

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